Los usuarios de los Servizos Sociais de Redondela y del Centro de Información á Muller (CIM) ya disponen de unas dependencias adecuadas para la atención ciudadana, amplias, modernas y, sobre todo, adaptadas a la normativa de accesibilidad. Las nuevas oficinas municipales, situadas en el bajo de uno de los edificios de la urbanización Regojo, en la zona del Salgueiral, fueron inauguradas ayer por la alcaldesa redondelana, Digna Rivas, acompañada por los concejales tanto del equipo de gobierno (PSOE-AER), como de los grupos de la oposición (PP y BNG).

La regidora señaló que estas nuevas dependencias era "uno de los compromisos de este gobierno con los vecinos" y destacó la importancia del cambio de las instalaciones "tanto para las personas usuarias como para las trabajadoras del servicio, que ahora disponen de un local amplio, totalmente accesible y que garantiza la privacidad, elemento fundamental en un tema tan sensible como los servicios sociales o el Centro de Información á Muller".

Con las nuevas instalaciones se corrige una situación que afectaba a Servizos Sociales desde hace años, puesto que las oficinas que disponían en la calle Isidoro Queimaliños contaban con un espacio muy limitado, eran compartidas con otros departamentos municipales y no estaban adaptadas a la normativa de accesibilidad.

El nuevo inmueble cuenta con un total de 353 metros cuadrados y disponen de ocho despachos, sala de reuniones, cuatro aseos, -dos de ellos accesibles-, sala de archivos, además de dependencias auxiliares y zonas comunes.

Servizos Sociais cuenta en la actualidad con tres trabajadores sociales en plantilla y dos de refuerzo contratados hasta diciembre, además de dos educadoras sociales y dos auxiliares administrativas.

Por su parte, el Centro de Información á Muller dispone de una abogada, una psicóloga y una técnica de igualdad.

Eliminación de barreras

La coordinadora de Servizos Sociais, Alejandra Fernández Conde, resaltaba el "importante avance" con el traslado a las nuevas instalaciones "ya que se suprimen las barreras arquitectónicas que tenía el anterior local con escaleras en los dos accesos y que no se adaptaba a las necesidades del perfil de los usuarios a los que atienden, entre ellos personas mayores y con movilidad reducida. También se eliminan los problemas de iluminación natural, de espacio para el archivo de expedientes y de seguridad, ya que los despachos ahora están comunicados con puertas, lo que les permitirá tratar situaciones conflictivas así como el trabajo en equipo.