En las primeras horas del día de la fiesta de la Virgen del Carmen (16 de julio) falleció en el Hospital Álvaro Cunqueiro el sacerdote D. Camilo Paz Valverde, a la edad de 88 años. Don Camilo, así era conocido popularmente, ha despertado enorme simpatía y aprecio entre los compañero de presbiterio y en las muchas personas que lo trataron. Tenía siempre a flor de labios una sonrisa agradable y palabras amables; especialmente era admirado como excelente organista y compositor. Entre sus obras musicales debo mencionar el himno que compuso con la letra de los Gozos de San Bartolomé para cantar durante la novena y la fiesta del 24 de agosto en la parroquial de San Bartolomeu de Rebordáns.

Don Camilo nació en Porriño el 24 de enero de 1932. Su padre Camilo trabajó en la farmacia de Carrera, en los tranvías de Porriño y, por último, abrió la libraría y la expendeduría de tabacos. El matrimonio tuvo 10 hijos (dos de ellos fallecieron recientemente de coronavirus), todos recibieron una esmerada formación humana, en un hogar con un ambiente profundamente religioso.

Don Camilo contaba una anécdota muy significativa. Cuando tenía solo 5 años, acompañó a su padre y a D. Javier Alonso Viriato, maestro de Torneiros, a Portugal para comprar un piano. Indica D. Camilo que, quizá porque D. Javier se había casado en Tui, fueron a visitar al obispo de la diócesis, monseñor D. Antonio García y García. Cuando él se acercó para besarle el anillo el obispo lo cogió en brazos y le preguntó: "Qué quieres ser de mayor". Él respondió: "Obispo como tú". Recuerda que el prelado comentó: "Seguramente le gustan los colores de la sotana filetata". Pasaron unos años, y el Vicario General del Obispado y Arcediano de la Catedral, D. Lorenzo Miguélez Domínguez, disfrutaba de unos días de descanso en Porriño con el párroco D. Enrique Aldir Bernárdez. Una tarde, después del rezo del Rosario, salieron a pasear, y D. Camilo los acompañó. D. Lorenzo Miguélez comentó al párroco: "Había un niño de aquí que un día, en el palacio, a la pregunta del obispo "qué quieres ser de mayor", él respondió "obispo como tú". Entonces intervino Camilo: "Ese niño era yo". Como continuase explicando que había hecho el primer curso en el Seminario, D. Lorenzo le preguntó qué notas había sacado, a lo que el interrogado contestó: "Todas sobresalientes". Repuso el Vicario General: "Empiezas bien para ser obispo".

El 26 de junio de 1955, Don Camilo recibió la ordenación sacerdotal en el convento de las Clarisas de Tui (Las Encerradas) con otros siete compañeros. Desempeñó numerosos cargos en la Diócesis: Consiliario Diocesano de Acción Católica, coadjutor y organista de Santiago de Vigo, beneficiado organista de la catedral de Tui, ecónomo de la parroquia de San Juan de Ávila (Vigo) y ecónomo de Guillarei, asesor religioso del Colegio Público de Sanguiñeda, párroco consultor, etc. No puedo dejar sin mención su trabajo en el Archivo de la catedral de Tui, a donde acudió un día a la semana durante una decena de años para colaborar en la clasificación del fondo musical. El resultado fue la catalogación de más de 30.000 partituras.

Características destacadas de su personalidad fueron la gran discreción y la exquisita finura en el trato, manifestación de un profundo respeto con todos. En cuatro cursos que me dio clase de música, recibí esta impresión imborrable: a los muchos alumnos que cantábamos las lecciones de solfeo con él al piano, jamás tuvo una palabra o un gesto despectivo con aquellos que tenían un oído tan malo que, según dijo alguien, en una orquesta sólo distinguían el sonido del bombo.

Su perfil como sacerdote y como profesor de música fue siempre eminentemente formativo y alentador. Verdaderamente, Don Camilo fue un hombre de paz, según expresa su primer apellido. ¡Virgen del Carmen, puerto seguro de salvación, acoge el alma de tu hijo Camilo Paz Valverde!

*Canónigo archivero de la

catedral de Tui y párroco de

San Bartolomeu de Rebordáns