Desde que el Covid-19 hizo acto de presencia ya nada es como antes. Tampoco lo será el Festival de Cans, que debido a la pandemia tuvo que aplazar su decimoséptima edición a septiembre (entre el 2 y el 5), en cuya organización trabaja intensamente la dirección del evento. Las medidas de seguridad e higiene han robado protagonismo al cartel, pues el principal objetivo este año es garantizar un "escudo protector" sobre las personas mayores de la aldea porriñesa. Para ello, se evitarán proyecciones y actividades en los "jalpóns" donde habiten vecinos de edades avanzadas, que tampoco formarán parte del jurado ni conducirán los tradicionales "chimpíns". En su lugar, se harán pequeñas procesiones honoríficas, totalmente controladas, con un máximo de cuatro personas por "chimpín".

El plan del Festival de Cans pasa por reducir el número de "jalpóns" y el aforo de los mimos, pasando de las 110 a las 50 personas como máximo, y eliminar la rotación entre unos y otros. El mismo público asistirá a las proyecciones sin moverse de la misma sala y con una pausa intermedia, en la que se aplicarán medidas de higiene y ventilación del espacio, al que habrá que acceder con mascarilla. Además, en la entrada de cada "jalpón" habrá un dispensador de gel hidroalcohólico y el público tendrá dos vías de acceso diferentes, una de entrada y otra de salida.

La organización trabaja en un programa en el que las actividades diurnas tengan más protagonismo, como proyecciones y coloquios, pues en las nocturnas en el Torreiro es más difícil controlar el aforo. Por este motivo, la idea es crear una amplía zona central en el Parque do Río que concentre actividades para un máximo de 300 personas sentadas. Se baraja el cierre de todas ellas a medianoche.

Debido a la reducción de espacios y aforos, solo saldrán a la venta 200 entradas para las proyecciones a concurso en sesión matinal y otras tantas en la sesión de tarde del sábado, día 5.

La programación por la semana se centrará en coloquios y encuentros profesionales, así como en la proyección de diversas sesiones paralelas; aunque, por prudencia, se prescindirá de la parte educativa y de las visitas de los colegios. También se limitarán los desplazamientos y los autobuses habituales desde el centro de Porriño.

Asimismo, se reforzará la higiene y desinfección de espacios, extremando la limpieza en todo el recinto, especialmente en los baños portátiles, con trabajos de higiene y limpieza en periodos cortos de tiempo.