Los peatones tendrán más espacio para pasear en primera línea de mar durante los fines de semana en Baiona. El gobierno local confirmó ayer el cierre al tráfico de la calle Elduayen durante los sábados y domingos, a partir de las 20.00 horas, para evitar que en los días de mayor afluencia de personas a la villa se produzcan concentraciones. El tramo afectado será el comprendido entre la rotonda del acceso al puerto y el cruce del paseo Ribeira, en el acceso al Parador de Turismo. "Con esta medida se pretende que tanto los vecinos como los visitantes dispongan de más espacio para permitirles guardar la distancia interpersonal recomendada por las autoridades sanitarias", justificó el alcalde, Carlos Gómez.

Con este cierre, que será efectivo tanto los sábados como los domingos entre las ocho de la tarde y la una de la madrugada, los vehículos que circulen en dirección Oia y A Guarda -o en sentido contrario- no podrán atravesar el casco urbano, por lo que deberán utilizar como alternativa la circunvalación de la AG-57 para desembocar en la carretera PO-552. Esa misma vía puede ser utilizada para acceder por la entrada sur al casco urbano de Baiona.

Esta peatonalización parcial se pondrá en marcha desde mañana después de ultimarse todos los detalles en una reciente reunión entre el gobierno local con responsables de la Dirección Xeral de Mobilidade y la Dirección General de Tráfico. La medida se añade a la peatonalización que afecta -también los sábados y domingos, en el mismo horario- a las calles Carabela Pinta y Cidade de Vigo, "con lo que se consigue un espacio amplio para el paseo y el disfrute de la Baiona como corresponde a uno de los enclaves turísticos más importantes de Galicia y con las garantías de seguridad precisas", explica Carlos Gómez.

En todo caso, el regidor local sigue apelando "a la responsabilidad ciudadana" e insiste, como así viene haciendo desde que comenzaron las fases de la desescalada, en que "estamos ante un momento crucial, en el que nuestra actitud personal, puede marcar la diferencia entre seguir avanzando en la nueva normalidad o retroceder, algo que tendría consecuencias económicas y sociales imprevisibles", concluye.