Ni un niño de Baiona, Nigrán ni Gondomar se quedará descolgado del curso escolar a causa del confinamiento. Un grupo de profesores universitarios y de centros del entorno residentes en la comarca del Val Miñor han creado la Plataforma Solidaria Didáctica, una especie de ONG que ofrecerá refuerzo gratis durante todo el verano a los alumnos que no hayan podido seguir las clases "online" por falta de conexión a internet, dispositivos electrónicos o ayuda en casa. Un total de 21 docentes se han presentado ya voluntarios para participar en la iniciativa que coordina Betty León, catedrática de Física Aplicada jubilada de la Universidad de Vigo.

La idea nació a partir de otro proyecto altruista, el Grupo de Apoio Val Miñor, organizado nada más arrancar el encierro de la población para colaborar en la provisión de alimentos y material de protección a vecinos de avanzada edad o con más dificultades para salir de casa. Sus integrantes han confeccionado además 17.000 mascarillas para repartir. Con la llegada de la desescalada y el avance de la libertad de movimiento, las necesidades de la población evolucionan. El material de protección está a hora al alcance de todos y el reparto de alimentos y productos de primera necesidad también. Pero no tanto la ayuda escolar.

"Hay un porcentaje de niños que puede llegar al 20% que no han podido seguir los contenidos durante el confinamiento", calcula la profesora León. "Unos por carecer de conexión o dispositivos en casa y otros por otras casuísticas, porque sus padres trabajan y no los pueden atender o porque están con los abuelos y tampoco pueden ayudarles", argumenta.

La organización está en contacto con los colegios miñoranos y las asociaciones de padres. "Será la comunidad escolar la que nos envíe a los niños porque es conocedora de cada realidad", indica la docente, que espera iniciar las clases gratuitas el 29 de este mes.

Antes habrá que organizar los grupos, "de un máximo de 5 niños" y las aulas. Para ello, el colectivo solidario mantiene conversaciones con varios centros culturales de los tres municipios de la comarca. "La ubicación dependerá del número de alumnos y de dónde vengan. Como tenemos varias opciones, organizaremos en función de la comodidad de todos", señala. La idea inicial es preparar un horario de cuatro horas a la semana repartidas en dos mañanas, aunque podría variar en función de la disponibilidad, comenta la profesora.

Mientras los colegios y anpas confeccionan los listados de posibles beneficiarios, Betty León trabaja en la difusión de la iniciativa para reclutar "cuantos más voluntarios docentes mejor."