"Si los 'borjamaris' pueden hacer caceroladas en Madrid, ¿por qué nosotros no podemos estar aquí?". Esta fue la pregunta que más repitieron los vecinos de Paramos que se reunieron ayer por la tarde para celebrar el segundo aniversario de la explosión que truncó sus vidas y se cobró las del matrimonio Hailas. La Guardia Civil, por orden de la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra, disolvió el acto convocado por la Asociación de Afectados de Paramos, que, aunque había pedido autorización previa y preveía una reunión de menos de cincuenta personas (permitidas en la fase uno de la desescalada), le fue denegada.

Tres patrullas de la Benemérita acudieron al barrio de A Torre antes de que diera comienzo el acto y advirtieron a los asistentes de que si seguían adelante con sus planes los tendrían que sancionar. Los vecinos estuvieron arropados por los representantes de todos los grupos de la Corporación tudense y el alcalde, Enrique Cabaleiro, en nombre del Concello de Tui, se ofreció a sufragar los costes de la sanción, aunque la asociación acordó que "no es el momento de afrontar más gastos".

De esta manera quedó empañado el segundo aniversario de la catástrofe y el pequeño homenaje que la Asociación de Afectados de Paramos había preparado para las dos únicas víctimas mortales de la explosión, cuyos nombres, Abdelkhalek y Zhour, presiden un monolito que no pudo ser descubierto y que pertenece a la casa donde residía la familia antes de aquel fatídico 23 de mayo de 2018. Será hoy cuando los miembros de la directiva de la asociación (menos de 10 personas) se reúnan con Hanna, la mujer que alojó a los hijos de los fallecidos cuando quedaron huérfanos, para destapar la piedra y entregarle un ramo de flores. Los dos descendientes del matrimonio Hailas, ambos menores de edad, viven ahora en Francia con un familiar.

Al margen de esta muestra de cariño a las víctimas del siniestro, el resto del acto se aplazará. "Intentaremos celebrarlo el próximo domingo, día 31 de mayo", adelantó el presidente de la asociación, Salvador García, que explicó que "ya estaremos en la fase 2 y están permitidas las concentraciones de hasta cien personas". Para ello, volverán a pedir nuevamente una autorización a la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra.

Cinco familias realojadas

El lugar para su celebración será el mismo, el núcleo de A Torre, que va camino de volver a su particular "nueva normalidad". "Quedan realojadas en régimen de alquiler de la Xunta, que se van a prorrogar, cinco familias, de las cuales tres ya van a poder volver a sus casas en los próximos meses", explica Salvador García, puntualizando que "tres segundas viviendas están a expensas de las ayudas municipales para decidir qué proyecto hacer". También destacó el presidente de la asociación que "el Covid-19 ha ralentizado las obras, que se paralizaron por el estado de alarma", un estado de alarma que confinó a los españoles en sus hogares, esos a los que están deseando volver los vecinos de A Torre.