La moderación es su seña de identidad y uno de los principales ingredientes de la receta del popular Agustín Reguera para mantenerse en la Alcaldía de Soutomaior desde hace un cuarto de siglo. Hace un año que inició su séptimo mandato y a punto de celebrar este jueves las bodas de plata en el cargo repasa su trayectoria como uno de los regidores más experimentados del área de Vigo.

-¿Qué le viene a la cabeza cuando piensa en todo este tiempo?

-Que ha merecido la pena la aventura, porque era una aventura al principio. Que han sido 25 años haciendo cosas para los vecinos con resultados muy positivos. Que estoy muy agradecido, con los vecinos y con el equipo.

-¿Cómo se lanza un joven de 30 años a esa aventura?

-Me liaron unos amigos (ríe). Trabajaba entonces en el desaparecido Banesto, en la oficina central de Vigo, y nos presentamos a ver qué pasaba. Era difícil. El entonces alcalde, Fernando Pereira, de la Candidatura Veciñal Independente, llevaba 16 años, desde las primeras elecciones municipales de la democracia. El PP solo tenía 3 concejales y el resultado fue excepcional, pasamos a 6. Nos faltaba un edil para la mayoría pero el PSOE se abstuvo en la sesión de investidura y quedé como alcalde porque éramos la lista más votada. No tenía ni idea de nada, nunca había estado en política. Entré por primera vez en el Concello el día de la toma de posesión. Y partir de ahí siempre aprendiendo. Sigo aprendiendo 25 años después.Los vecinos te enseñan mucho, sobre todo en los momentos difíciles.

-¿Cuál es el secreto para mantenerse ya siete mandatos, los seis últimos con mayoría absoluta?

-En 1995 ganamos porque éramos el cambio pero creo que después hemos hecho las cosas bien, con fallos y trabajando mucho. Hemos conseguido la confianza de la gente. Trabajo, cercanía y serenidad creo que pueden ser las claves para mantener el apoyo. Tomar decisiones sin ser abruptos, siempre pensando en los intereses de los vecinos.

-En 25 años ha vivido crisis locales como el cierre de Pontesa o globales como la de 2008. ¿Cómo enfrenta la que viene?

-Hemos vivido momentos muy duros. Recuerdo los incendios de 2017 como uno de los peores, pero el mayor reto lo estoy viviendo ahora. Los concellos somos las administraciones más cercanas y haremos lo que haga falta para que ningún vecino se quede sin sus necesidades básicas cubiertas.

-¿De qué está más orgulloso?

-De la transformación de Soutomaior, sobre todo de Arcade, que casi ha duplicado la población. No hay mayor satisfacción que ver crecer a tu pueblo. Tenemos una de las medias de edad de la provincia más bajas. La gente viene aquí porque está a gusto con los servicios y el entorno. Conseguimos el instituto, muy importante. El multiusos, el paseo marítimo, la alameda de Talo Río... Tenemos una amplia oferta lúdica para los niños. Somos referente gastronómico. Somos de los pocos municipios gallegos con Plan Xeral. Prácticamente el 100% del municipio tiene saneamiento. Tenemos las cuentas saneadas, deuda cero. Y aunque este año no cumplimos la regla de gasto, pagamos al día a los proveedores.

-¿De qué menos?

-Desaciertos siempre hay, seguro. Probablemente tendríamos que haber trabajado más la conciencia ambiental.

-¿Qué queda por hacer?

-Queremos mejorar el centro de salud. Mis prioridades siempre han sido la educación y la sanidad. La educación ha quedado más o menos resuelta y ahora tocaría centrarse en la atención sanitaria, pero la pandemia lo complica todo. Ahora la primero son los servicios sociales. Que nadie se quede sin alimentos ni atención básica.

-¿Irá a por el octavo mandato en 2023?

-Eso no lo sé. Tendrían que darse muchas circunstancias positivas para que me volviera a presentar, pero tampoco me iría si las cosas van mal.

-¿Ha pensado en dejarlo?

-Muchas veces en todos estos años, pero al final por unas cosas o por otras, seguí. Ahora ni se me pasaría por la cabeza. La prioridad es atender a la gente, y cuando esto escampe ya veremos.