El cierre de fronteras entre España y Portugal preocupa sobre todo en "a raia", donde las economías de ambos lados del Miño se retroalimentan. Por eso, la Agrupación Europea de Cooperación Transfronteriza Río Miño convocó a los dirigentes del territorio miñoto a una reunión por videoconferencia para analizar conjuntamente el impacto socioeconómico que la pandemia del Covid-19 está teniendo en la región. La convocatoria virtual contó con la presencia de la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, quien mostró su preocupación por este tema y se ofreció a trasladar sus demandas, como la de abrir nuevos pasos fronterizos como medida de alivio para los trabajadores transfronterizos, ante los estamentos necesarios.
La totalidad de los gobernantes participantes en la reunión coincidieron en la necesidad de abrir nuevos pasos fronterizos para los y las trabajadoras que cada día deben trasladarse a kilómetros de distancia para seguir acudiendo a sus puestos de trabajo. En este sentido, cabe recordar que, actualmente, la única frontera abierta en el territorio de la AECT Río Miño es la de Tui un tramo que, según el director de la agrupación, Uxío Benítez, "concentra cerca del 49% del total de la movilidad entre España y Portugal", siendo, con diferencia, el más transitado de los nueve pasos habilitados entre los dos países.
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Hasta él se tienen que trasladar obligatoriamente los trabajadores transfronterizos de una y otra orilla del río, algunos, incluso, "asumiendo distancias de más de 60 kilómetros entre la ida y la vuelta para poder llegar hasta polígonos o empresas que, de la otra manera, quedaban a escasa distancia de sus domicilios", explicó la alcaldesa de Tomiño Esto eleva considerablemente el coste del desplazamiento, por lo que algunas personas se están viendo obligadas abandonar su trabajo, precisa la regidora tomiñesa. En este sentido, la alcaldesa de Salvaterra, Marta Valcárcel, propone como solución inmediata "una apertura parcial, por ejemplo, en varias franjas horarias".
Los alcaldes y alcaldesas también están de acuerdo en que la apertura de nuevos pasos fronterizos debe hacerse con medidas de control y seguridad estrictas. "No se trata de abrir las fronteras para que circule cualquier persona", precisó Uxío Benítez, sino de "ofrecer una mejora para aquellas personas que más están sufriendo el doble golpe de la pandemia".
Otro de los puntos puestos en común en la reunión fue la necesidad de coordinación entre el gobierno luso y español durante las medidas de desescalada pues, "un ritmo diferente puede provocar fricciones en un territorio en el que la dependencia económica entre ambas orillas del río es muy fuerte", aclaró el director de la AECT Río Miño.
Esta dependencia es fácilmente palpable en algunas villas, como la de Valença, donde el 90% del comercio del municipio está dirigido a la población gallega, tal y como manifestó el presidente de la Câmara de Valença, Manuel Lopes. Un caso similar al de Vila Nova de Cerveira, donde la economía local depende en gran parte de las ferias y mercadillos, según apuntó el presidente de la Câmara y vicedirector de la AECT, Fernando Nogueira, consciente de que la "logística no es fácil".
Por último, los gobernantes de los municipios bañados por el Miño volvieron a requerir que el cierre de fronteras no se prolongue más allá de la suspensión de los estados de emergencia y alarma de España y Portugal, pues es algo que podría incrementar todavía más las consecuencias de la pandemia en el territorio; motivo por el cual "se hace necesaria una estrategia conjunta".
