La crisis sanitaria por el coronavirus está pasando factura al sector de la pesca y marisqueo en la comarca redondelana. Tanto desde la Cofradía de Pescadores "Virxe do Carmen" de Arcade, como desde la de "San Xoán" de Redondela, advierten de la grave situación que atraviesan los mariscadores, que se encuentran sin poder ir trabajar al no poder vender su producto por la falta de compradores y el cierre de los canales de distribución, y también para poder cumplir con las recomendaciones marcadas por el Gobierno para luchar contra la expansión del Covid-19.

Desde los pósitos son conscientes de la problemática y excepcional situación que se vive en todo el país, pero ante la situación que atraviesa el sector de la pesca artesanal solicitan a la administración que decrete una "suspensión provisional de la actividad" y apruebe "ayudas a los trabajadores para poder afrontar esta situación tan complicada" que afecta de pleno a la economía de cientos de familias en la comarca. Asimismo, desde la agrupación de pescadores de Arcade critican que se encuentran "sin información, o casi nula", tanto por parte del Gobierno central como de la Xunta.

La crisis sanitaria ha supuesto un duro revés a la campaña del choco, ya que llega casi en el ecuador de la temporada de pesca del producto estrella de la cofradía redondelana. El presidente del pósito, Xoel López, explica que hasta ahora están saliendo a faenar a diario 16 embarcaciones, y aunque la caída de precios ha sido muy importante, de momento resisten el golpe. "La temporada marchaba bien, con un buen nivel de capturas, el problema que nos estamos encontrando son los bajos precios en subasta, casi un 50% inferiores a los del pasado año". En los últimos días, el choco se está despachando a entre 4 y 7 euros, cuando lo normal sería entre 8 y 11 euros. "Si los precios siguen bajando se hará insostenible, nuestra única esperanza es que la situación no se alargue mucho", indica López.

En Arcade, otro de los colectivos afectados es el de los naseiros, que advierten que la anguila, al no ser comprada, se está acumulando en las piscinas "donde acabarán perdiendo peso y muriendo", indican. Esto supone un doble problema, porque a la falta de ingresos se suma la pérdida de recursos. También en esta cofradía los trasmalleiros aseguran que venden el choco a un precio muy bajo. "Tenemos que faenar con el riesgo que supone para volver a casa con una renta indigna", se quejan.