Los perros se han convertido en el salvoconducto de muchos ciudadanos que aprovechan los paseos con los canes para abandonar el confinamiento un par de minutos al día (en el mejor de los casos); no obstante, no todos corren la misma suerte. Es el caso de los 487 animales que atiende la protectora Os Biosbardos de Ponteareas, colectivo que lanza una llamada de auxilio pues, a raíz del actual estado de alarma, han visto caer en picado sus ingresos y las adopciones. "Tenemos pienso para aproximadamente dos semanas y a finales de mes tenemos que pagar facturas veterinarias", lamentan.

La crisis sanitaria del coronavirus que mantiene paralizado el país ha dejado a la protectora ponteareana sin una parte fundamental de su fuente de ingresos: los mercadillos de los sábados y las fiestas programadas para marzo y abril, en las que tenían previsto montar puestos de comida para obtener beneficios. Tampoco pueden llevar a cabo la recaudación de alimentos en supermercados. A esto hay que sumar que las adopciones se han estancado y "empieza el calor y no tenemos desparasitaciones externas, tampoco tenemos, ni podemos, comprar collares para prevenir la leishmaniosis".

"Necesitábamos cada céntimo de lo que íbamos a recaudar para pagar facturas, desparasitaciones y comprar pienso", lamenta la protectora Os Biosbardos, que suplica ayuda para sacar adelante a sus cerca de 500 animales, muchos de ellos enfermos crónicos que necesitan medicación y una alimentación especial. Los interesados en colaborar económicamente con el refugio pueden informarse a través de la página protectoraosbiosbardos.org.

Control policial de paseos

En el lado opuesto de los perros sin hogar están los que lo abandonan más de lo necesario durante el actual estado de alarma. Por ello, el Concello de Ponteareas ha requerido a la Policía Local que controle las salidas de vecinos con mascotas al detectarse que algunos dueños las utilizan para pasear e incumplir el obligado confinamiento. En este sentido, se recuerda que las personas con animales deberán sacarlos en las inmediaciones de su domicilio y por un tiempo reducido. La Policía verificará la dirección de la persona que se encuentre en la calle con su mascota y, en caso de toparse lejos, será denunciada. Los agentes también comprobarán si los canes disponen de microchip.