El semáforo para garantizar la seguridad vial en la N-552 (Redondela-Vigo) en el tramo del barrio de Angorén, en Chapela, es ya una realidad. Después de que a principios de mes se realizasen los trabajos previos, los operarios procedieron ayer a la instalación de los bloques luminosos para regular el tráfico. El gobierno local aseguró ayer que se pondrá en funcionamiento a finales de esta semana, tras realizar las pertinentes pruebas técnicas, satisfaciendo así una larga demanda tanto de la comunidad educativa del colegio Alexandre Bóveda, situado en las inmediaciones, como de los residentes en la zona, que llevaban años reclamando esta medida.

La alcaldesa redondelana, Digna Rivas, expresó ayer su satisfacción por la instalación del semáforo ya que fue una de las primeras gestiones realizadas por el actual gobierno bipartito ante el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra. "Tan solo unos meses después de llegar al Concello hemos conseguido dar una respuesta eficaz a una demanda histórica de la vecindad de Chapela", afirma.

Así, al retomarse la actividad escolar en cuanto se supere el actual crisis sanitaria causada por el coronavirus, los alumnos del centro escolar podrán cruzar la carretera nacional con tranquilidad, sin tener que jugarse la vida en este punto que soporta un elevado tráfico rodado y en el que ya se han producido atropellos y accidentes de tráfico graves.

Además de la instalación del grupo semafórico con un paso de peatones, desde el gobierno local señalan que la actuación se completará con una modificación de la señalización vertical y horizontal actual para adecuarla a la nueva situación. El nuevo semáforo, además de garantizar la seguridad de los viandantes, mejorará el cruce de acceso a la zona residencial de Río Frío.

Esta infraestructura ya había sido solicitada el Ministerio de Fomento hace tres años por la anterior corporación municipal, dirigida por el popular Javier Bas, aunque nunca llegó a concretarse. Ante esta situación los vecinos y la comunidad escolar del colegio Alexandre Bóveda protagonizaron varias movilizaciones el pasado mes de septiembre para que se tuvieran en cuenta sus reivindicaciones.