"Quédate en casa pero no lo tires todo, ni en cualquier sitio". No es lema oficial, pero sí uno de los mensajes de buena parte de los municipios del área de Vigo ante la crisis del coronavirus. El estado de alarma afecta a los servicios de recogida de basura y mucho. Montones de residuos orgánicos y trastos se acumulan en los puntos de depósito y los gobiernos municipales llaman a la responsabilidad de los vecinos para facilitar el trabajo a los operarios.

El miedo al contagio lleva a algunos a evitar tocar los contenedores. "Tenemos que ser responsables porque se trata de la salud de todos. Se llevan guantes o un papel para abrir la tapa y al llegar a casa se lavan las manos con agua y jabón. Es necesario dejar las bolsas dentro", ruega el alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, tras encontrarse numerosos vertidos en varios puntos del rural de su municipio. "Ya está todo limpio pero este panorama dificulta mucho el trabajo", explica.

Gondomar no es el único que registra un repunte del volumen de basura. El tripartito de Baiona había decidido reducir el servicio de recogida, municipal, a tres días a la semana, para seguir las recomendaciones del Gobierno tras decretar el estado de alarma. Pero ha tenido que dar marcha atrás. "Aconsejan no tener a todos los trabajadores en la calle pero al final tuvimos que recuperar el servicio diario porque hay mucha basura estos días", señala el concejal de Servicios baionés, Óscar Martínez.

Tras una semana de confinamiento, no han sido pocos los que han optado por el zafarrancho de limpieza y por deshacerse de trastos viejos o inservibles. Lo demuestran las llamadas al servicio de retirada de enseres de Nigrán: 60 en un solo día, el primero de la cuarentena. La concesionaria, Cespa, recoge los voluminosos los días 15 y 30 de cada mes y los nigraneses deben comunicar su intención de dejar algún electrodoméstico o mueble en los días previos. Ante la avalancha de peticiones, el alcalde, Juan González, llama a los vecinos a actuar "con paciencia y responsabilidad" y a esperar, si es posible, a que pase la crisis para escalonar la tarea.

En similares términos se expresa el gobierno municipal de O Rosal, que hace un llamamiento a la ciudadanía para proteger a la población en general y, en especial, a los trabajadores del servicio. "La basura tirada en cualquier sitio es un posible foco de infección. Con actitudes responsables se minimiza la exposición de otros a un posible contagio por coronavirus y la ayuda del vecindario es esencial para pararlo", precisa el gobierno municipal, que pide la colaboración del vecindario para que guarde los objetos de los que desea prescindir hasta que la situación sanitaria vuelva a la normalidad.

La ansiedad por recogerlo todo comenzó incluso antes del confinamiento. En previsión de lo que les venía encima, fueron también muchos los miñoranos y miñotos que se acercaron a los puntos limpios para dejar sus enseres. Según confirman los dirigentes de los concellos de Baiona, Nigrán y Gondomar, se formaron hasta colas y algunos usuarios depositaron sus desechos a las puertas.