Escolares del CEP Pedro Caselles Beltrán de Tomiño tendrán una grata sorpresa cuando regresen a las aulas, una vez acabe la alerta sanitaria. En el comedor del centro se les servirá un auténtico banquete a base de cordero gallego que ha sido criado en libertad. Cuatro ejemplares están congelados a la espera de que llegue el momento adecuado para que el cocinero del centro proceda a prepararlos de la forma más exquisita para paladares infantiles, que así podrán conocer su sabor. Su carne, recuerda a la del cabrito, con grasa infiltrada entre las fibras.

El ágape infantil será posible gracias a la iniciativa del ganadero Hugo Martínez Villar, que se inició en esta profesión en el año 2009, poniendo en marcha una granja de vacas rubias y un rebaño de ovejas, que ha crecido hasta sumar 200 cabezas. Tiene auténtica vocación por lo que hace.

El pastor pertenece a la asociación OVICA, que agrupa a unas 200 granjas (con 30.000 cabezas), parte de las cuales, como es el caso de Hugo, tienen el sello de "Pastores de Galicia".

"Somos unos veinte los que decidimos apostar por esta crianza de res autóctona. Mis ovejas están las veinticuatro horas del día en el exterior, se alimentan de hierba, arbustos y beben agua de regatos, no mucha porque con el pasto no tienen tanta sed", explica.

Le ayudan en la tarea tres perras, la border collie Nina y las mastinas Nena y Violeta.