"Por algo Pinzón se refugió en Baiona y nos trajo la noticia del Descubrimiento". Entre la retranca y el orgullo comentaban ayer un grupo de baioneses, choripán en mano, la razón por la que confiaban plenamente en que la borrasca Jorge respetaría la Festa da Arribada. La bahía siempre ha proporcionado abrigo a los navegantes y, en este caso, también a los miles de personas que decidieron probar suerte ayer y lanzarse, pese a las previsiones meteorológicas, a disfrutar de la conmemoración del 527 aniversario de la llegada a la villa de la carabela "La Pinta" con la noticia del Descubrimiento para toda Europa. Lo hicieron sin atascos en la carretera ni empujones en las estrechas calles del casco histórico gracias a la amenaza de lluvia.

Baiona vuelve a 1493

Baiona vuelve a 1493

Tras recomponer los puestos y banderolas que las fuertes rachas de viento derribaron durante la madrugada y con la marejada en la playa de A Concheira como telón de fondo, los niños disfrutaron de los bautismos hípicos a lomos de caballos pura raza gallega de la Serra da Groba y de un rústico parque de aventuras en el parque de A Palma. A pocos metros de allí, en el céntrico arenal de A Ribeira, los espectáculos de cetrería, la competición de tiro con arco y las justas de caballeros congregaron a una marea de atentos espectadores.

Muchos resistieron las lluvias de la tarde para asistir en la misma playa al momento culminante de la jornada: la representación de la pieza teatral "Arribada del Descubrimiento", que desplegó un año más a una treintena de actores para escenificar el episodio en que la exhausta tripulación de "La Pinta" desembarca y relata a los baioneses de 1493 cómo alcanzó el Nuevo Mundo y lo que allí se encontró.Un espectáculo que se repetirá hoy a las 18.00 si el tiempo lo permite.

Las parrillas de la plaza de Santa Liberata ardieron todo el día para proporcionar las viandas típicas. El chorizo asado con pan volvió a triunfar en los menús, cargados de churrasco, empanadas, tortillas, pulpo á feira, entre otras recetas más modernas como las brochetas. La variada oferta de postres tampoco defraudó a los comensales. La gastronomía se mezcla con la artesanía por las calles del casco histórico y los talleres de oficios artesanales en directo operan en la plaza del Concello.