Pescadores y vecinos de la comarca ligados al río Miño han recibido con satisfacción el anuncio de que el Gobierno central ha iniciado el procedimiento para extinguir el derecho de uso de las aguas a la altura de la parroquia nevense de Vide, del que gozaba Unión Fenosa desde 1978 y que ahora perderá por no haberlo explotado en plazo.

Con este anuncio, vecinos y pescadores de lamprea descartan, por fin con seguridad, un nuevo embalse o presa en el Miño que, aunque desde hace tiempo parecía improbable no tenían confirmación oficial alguna de su descarte. Hace dos décadas había sido declarada ambientalmente inviable la modificación del proyecto de embalse (conocido como salto de Sela) presentado por Unión Fenosa y EDP (Energías de Portugal) para ese punto pero, sin embargo, posteriormente intentaron reemplazar aquel gran embalse por tres presas de menor escala.

"Aunque la mayoría pensábamos que nunca se llegaría a hacer ya, lo cierto es que como se habían pagado terrenos para construir la presa y existía una carretera de acceso, existía desconfianza porque se pensaba que no iban a haber tirado el dinero" explica Ángel Fernández, presidente de la asociación O Trabadoiro, de la que son parte pescadores de lamprea de pesqueira del río Miño, desde Salvaterra hasta Crecente.

Aunque ahora la amenaza desaparezca, los perjuicios que ha causado a la pesca tradicional en pesqueiras ese temor es ya irreparable. "Debido al gran rechazo social opositor al embalse que se inició en los años 70, que argumentaba que sería perjudicial para las pesqueiras y para la lamprea, se concedió una avalancha de licencias de pesca de lamprea en la parte del Baixo Miño, para que así, no pudiésemos argumentar que el embalse acabaría con la pesca de lamprea" señala Fernández, quien explica que "ahora seguimos pagando las consecuencias, en el Baixo Miño tienen tantas capturas que tiran los precios y en As Neves, Arbo... hay pesqueiras que no cogieron ni una sola lamprea la temporada pasada".

Diez años después de que se hiciese pública la intención de Fenosa y EDP de construir un embalse en Sela, la mitad de las 360 pesqueiras gallegas del Miño fueron abandonadas y el abandono continúa.