La alerta naranja por temporal obligó a los Concellos de Porriño y Mos a suspender la comisión especial de deslinde prevista para la tarde de ayer con el fin de intentar llegar a un acuerdo sobre la frontera entre ambos municipios desde el Cristo de Belén hacia el río Louro. Mientras que los vecinos de la Avenida de Buenos Aires manifestaron el miércoles a FARO que sus casas son "históricamente de Porriño", ayer los mosenses reclamaron que "Mos llega hasta el Ponte do Valo", es decir, engloba el conjunto de viviendas de la Avenida Buenos Aires afectadas por el deslinde y que pagan su contribución a Mos.
Fernando Gómez, miembro de la directiva de la Asociación de Vecinos de Pereiras y una de las personas convocadas para la comisión, explica que "el mojón que marcaba el límite entre Mos y Porriño estaba colocado en la esquina de donde ahora está CristalGram e iba en línea recta hasta la caja de ahorros". Según Gómez, cuando se hicieron las obras de la rotonda del Cristo de Belén y la carretera que une dicha glorieta con la conocida como "Costilleta", desapareció el mojón. "Lo quitaron de ahí y lo enterraron debajo de la rotonda; habría que levantar la glorieta para encontrar el mojón", revela Fernando Gómez sobre la polémica señal.
Coincide con él otro de los llamados a la comisión, Francisco Alonso, que a sus 80 años afirma "saber perfectamente donde están los marcos". "Pereiras extrema con el río Louro", asegura Alonso, explicando que "el límite siempre fue el antiguo puente romano do Valo, lo que pasa es que se destruyó para hacer el nuevo". "Hay señores más mayores que yo que dicen lo mismo", dice este vecino octogenario.
En la Comunidad de Montes de Pereiras también amparan la teoría de que Mos llega hasta el Ponte do Valo. En caso de que la comisión no llegue a un acuerdo que resuelva definitivamente el problema del deslinde, "defenderemos que se busquen los límites del catastro del Marqués de la Ensenada", adelantan desde la Comunidad de Montes de Pereiras, asegurando que este catastro del siglo XVIII registró el linde de Porriño y Mos en la Ponte do Valo. Además, Antonio, el secretario del colectivo, destaca que "ya en el siglo XIX los vecinos de Pereiras y Torneiros pleitearon sobre estos límites".
Con todo, los residentes de la Avenida de Buenos Aires siguen considerándose porriñeses y aseguran que el elemento que marcaba la frontera entre los dos municipios era un regato que pasaba por detrás de sus casas. "Lo del riachuelo fue una cosa entre alcaldes de la época, pero solo palabrería, nunca se llegó a registrar en ningún lado", sostiene Fernando Gómez que, aunque entiende la posición de los vecinos afectados, también se muestra "harto de que nos roben. Un día un trozo no pasa nada, pero veinte trozos ya es pasarse". Y es que denuncia que este no es el único caso de "marcos que se mueven" en Porriño y Mos.
