La asociación de vecinos de Cedeira quiere volver a darle vida a la antigua escuela de la parroquia. Tras permanecer durante décadas en estado de ruinas, el inmueble fue rehabilitado en 2016, pero desde entonces se mantiene cerrado y sin uso alguno.
La reforma del viejo edificio de piedra que albergó el colegio, situado junto a la iglesia parroquial, respondía a la demanda del colectivo vecinal "San Bernardo", que llevaba años demandando su restauración para que pudiera ser disfrutado por los residentes de la parroquia. La directiva de esta asociación se reunió ayer con la alcaldesa redondelana, Digna Rivas, y el concejal de Cultura, Daniel Boullosa, para solicitarle la apertura del edificio y que se destine a uso social para los vecinos de la zona, como se acordó en su día. Además, el colectivo vecinal entregó a los dirigentes municipales una copia del acuerdo plenario adoptado hace años, en tiempos de Amado Ricón como alcalde, en el que se decidió la cesión del inmueble a la asociación de vecinos "San Bernardo" como sede para sus reuniones y el desarrollo de actividades.
El presidente del colectivo vecinal, Carlos Covelo, aseguró ayer que no habrá ningún problema para compartir este espacio con otros colectivos de la parroquia, por lo que tiene previsto convocar una reunión con todos ellos para informarles de la situación y estudiar entre todos los distintos usos del inmueble.
También la alcaldesa expresó su intención de llevar este asunto a una próxima convocatoria del Consello Parroquial de Cedeira, en el que están representados los distintos colectivos.
La antigua escuela de Cedeira fue rehabilitada en el año 2016 por los alumnos de la especialidad de albañilería-cantería del Obradoiro de Emprego "Redondela Ecosostible" , un programa mixto de formación y empleo dirigido a las personas en paro que concedió la Consellería de Traballo e Benestar al Concello redondelano. La inversión realizada en el taller alcanzó los 230.000 euros, de los que el 77% fueron aportados por la administración autonómica y el resto por las arcas municipales.
Este inmueble, que se ubica junto a la iglesia y el cementerio, se encontraba sobre un terreno catalogado como suelo urbano residencial dedicado a uso religioso, lo que obligó al gobierno local en el año 2015, durante la alcaldía de Javier Bas, a tramitar un cambio de uso solicitado por la asociación de vecinos San Bernardo. Tras ser aprobado por unanimidad por el pleno, el edificio pasó a equipamiento de carácter socio-cultural para permitir su rehabilitación como local del colectivo vecinal.
