Los 216 alumnos del colegio Cova Terreña de Baiona permanecerán desplazados en el Fontes-Baíña al menos hasta finales de febrero. La reforma integral de su centro educativo suma ya dos meses de retraso debido a las inundaciones ocasionadas por los temporales del otoño y el edificio en el que se ubican sus aulas no estará listo hasta esa fecha, según confirman desde la dirección de la escuela y desde la Consellería de Educación tras reunirse sus representantes para evaluar la marcha de las obras, en las que la Xunta invierte algo más de un millón de euros.
Se trata de la primera rehabilitación completa que afronta el centro en sus 48 años de historia para poner fin a los problemas de humedad que han acelerado el deterioro de las instalaciones. La consellería puso en marcha en verano los trabajos, que afectan a los dos edificios del recinto y que consisten en la sustitución de las cubiertas por paneles sandwich y en el aislamiento térmico de las fachadas. Se cambia además toda la carpintería metálica de puertas y ventanas y se instala una nueva iluminación. Todo ello contribuirá a mejorar la eficiencia energética del inmueble y ahorrar hasta un 46,4% del consumo eléctrico, según los datos facilitados por el Ejecutivo gallego, que fijaba inicialmente el fin de las obras al terminar 2019.
Las quejas iniciales de un grupo de padres respecto a los riesgos de expansión de amianto por la sustitución gradual de las cubiertas llevó a modificar las previsiones y retirar la totalidad de las planchas de fibrocemento al completo y dejar el inmueble cubierto con lonas. Material que no resistió las fuertes rachas de viento e intensas lluvias del puente del Pilar, que causaron inundaciones y goteras en las aulas y obligaron el traslado forzoso de la totalidad de los seis cursos de Primaria al colegio de Fontes-Baíña. La mudanza se realizó en dos tandas. Los alumnos de 1º, 2º y 3º fueron desplazados el 15 de octubre y sus compañeros de 4º, 5º y 6º se marcharon al otro centro una semana más tarde.
El centro de la parroquia de Baíña ha triplicado su matrícula a causa del traslado pero dispone de espacio de sobra para acoger a los alumnos y profesores del colegio del centro urbano baionés en doce aulas vacías habilitadas para la ocasión. Y es que fue inaugurado en 1980 y en sus primeros años llegó a albergar a medio millar de escolares, cifra que ha ido cayendo hasta los 123 de la actualidad. La convivencia es "magnífica", según destacan las direcciones de ambos centros, y la experiencia será "inolvidable" para escolares y docentes.
Todos están dispuestos a compartir colegio hasta final de curso si fuera necesario. Como señala la directora del Cova Terreña, Isabel Martínez, la prioridad es "a seguridade dos alumnos" y que el proyecto culmine con garantías, aunque se demore más de lo previsto.
