El oficio de percebeiro está en clara fase de extinción. Buena prueba de ello es que se abrió la convocatoria para ocupar ocho plazas de percebeiro a pie y sólo se cubrieron siete, una de ellas es una mujer y el resto chicos jóvenes. "El relevo generacional va a menos y eso nos preocupa", explica Silvia Crespo, teniendo en cuenta que se impartieron cursos de percebeiro con bastante alumnado. Es el mismo caso que ocurre con las artes menores de pesca "no es fácil relevar a los jubilados", lamenta Crespo, que ejerce su segundo mandato como patrona mayor de A Guarda.