Decenas de árboles caídos e inundaciones se extendieron ayer por la comarca de O Val Miñor pero las peores consecuencias de la borrasca Elsa tuvieron lugar en Sabarís y Chandebrito. Decenas de bajos y garajes del barrio baionés volvieron a anegarse y los afectados revivieron la pesadilla de hace 13 años, mientras que el constante desplome de árboles durante toda la jornada acabó por romper la línea de media tensión de la parroquia nigranesa y dejó a su medio millar de vecinos sin suministro eléctrico durante 12 horas.

El agua subía centímetros y cubría los conflictivos Camiño das Monxas, Pouquena y su entorno durante la tarde. Se trata de un núcleo de población por debajo del nivel del mar que sufrió los peores daños en la riada de 2006. Desde el ensanchamiento del río Groba en la desembocadura tras aquel desastre no se habían registrado anegamientos como los de ayer. El agua se extendió a zonas aledañas y acabó por cubrir la Rúa Porta do Sol y la Praza Victoria Cadaval, adentrándose incluso en Benito Farolas y cubriendo el bajo de las antiguas casas de maestros. Dos viviendas del edificio registran obras de rehabilitación para convertirse en pisos de alquiler social y la crecida ha causado daños en el suelo, según asegura el presidente de la Asociación de vecinos Castro e Ladeira, Martín Otero.

Las fuertes rachas de viento que dejó la borrasca "Elsa" ayer tumbaron hasta una veintena de árboles en Chandebrito. Uno de ellos cayó sobre el tendido y el apagón se produjo a las 12.00. La compañía suministradora, Naturgy, instaló a medianoche tres generadores para dar servicio, pero uno de ellos dejaba de funcionar a las 6.00, precisamente el de la zona más poblada de la parroquia, los barrios de As Tomadas e Igrexa. La operadora ha reparado la avería y el abastecimiento de corriente ha sido restituido a las 11.15, tal y como confirmó el presidente de la asociación vecinal O Castro, Víctor Vidal.

Los numerosos troncos caídos s lo largo de la jornada de ayer en la zona causaron numerosos cortes de tráfico al desplomarse sobre viales e incluso dañaron un muro perimetral de una finca privada. Los bomberos del GES Val Miñor trabajaron a destajo durante toda la jornada para retirar los troncos y ramas de las calzadas.