Dos años después de la pesadilla del fuego, en As Neves crecen más de 10.500 árboles autóctonos plantados para reforestar la localidad y para protegerla creando cortafuegos verdes contra posibles futuros incendios como el vivido en octubre de 2017, del que los nevenses aún no han podido recuperarse.
Más de 800 voluntarios participaron hasta la fecha en la plantación de los abedules, fresnos y castaños donados por la empresa One Oak, dedicada al diseño de relojes, mochilas, gorras y bolsos fabricados con madera de manera sostenible.
Las plantaciones de todos los ejemplares se realizaron en tandas. La primera en noviembre de 2018 y la última el mes pasado, incluidas en el proyecto denominado Renacer. Ambas se realizaron en el entorno del Camiño dos Pescadores, a orillas del río Miño, justo en la zona de territorio nevense en la que comenzaron las llamas en los incendios de 2017 y desde la que se extendieron hasta quemar el 90% de la superficie de As Neves. Este sendero tiene historia porque era el utilizado por los pescadores de lamprea, de ahí su nombre, y también por el contrabando. En total se plantaron en esta zona más de 3.000 fresnos y abedules.
En la zona interior, en la que se proyecta un parque forestal entre varias comunidades de montes de Arbo y As Neves, se plantaron 7.500 cataños. Para febrero de 2020 está programada una nueva plantación.
