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LOURIÑA

Afectados de silicosis alertan del pago con dinero público por una enfermedad profesional

-Denuncian que las mutuas no la reconecen y asume todo el gasto la Seguridad Social -Reclaman incapacidad total para los de 1º grado y un centro de referencia en la provincia

Trabajador en una cantera. // FDV

Más de 700 casos de silicosis son los diagnosticados en la provincia de Pontevedra. Según la Federación de la Construcción y la Madera de Vigo pueden ser muchas más ya que esta enfermedad respiratoria, producida por inhalación de sílice que afecta a los pulmones causando daños irreparables, puede derivar en cáncer o en otras patologías muy graves y a los afectados nunca se les llega a diagnosticar silicosis.

La mayoría de los afectados trabajan o trabajaban en canteras, talleres y aserraderos de piedra, marmolerías o graveras, siendo la comarca de A Louriña uno de los escenarios más destacados en este aspecto. De ahí que fuese en Porriño donde naciese Osílice, la asociación de apoyo a estas personas.

Tras años de lucha, ya se ha conseguido dar algún paso pero aún queda mucho camino por andar. Así, uno de los problemas más graves que señalan es que las mutuas laborales nunca reconocen la enfermedad, por lo que los afectados tienen que acudir a la Seguridad Social, "que se hace cargo de todo el proceso y de los tratamientos, por lo que al final nos encontramos que una enfermedad profesional que debiera ser responsabilidad de las mutuas la tenemos que pagar con dinero público", apuntan desde la CIG, añadiendo que tienen constatado numerosos casos en los que "los trabajadores son declarados aptos para el trabajo en los reconocimientos médicos de las empresas y tres días después los llevan a Oviedo y son diagnosticados de la enfermedad".

Y es que otra de las demandas es dotar al sur de Pontevedra, donde se concentran la mayor parte de los casos, de un centro de referencia, señalando su ubicación en las instalaciones del ISGGA en Rande "ya que está preparado para esa función pero en estos momentos se encuentra infrautilizado". De esta manera, los afectados evitarían tener que desplazarse, tal y como sucede ahora, a la capital asturiana, donde se encuentra el Instituto Nacional de Silicosis.

"La Xunta tiene que obligarlas, porque todo el gasto tiene que asumirlo la Seguridad Social. Estamos pagando entre todos las consecuencias de una enfermedad profesional, mientras las mutuas siguen enriqueciéndose", apunta J. L. V., un porriñés diagnosticado de silicosis al que las mutuas nunca le reconocieron como afectado a pesar de que ya padecía la enfermedad y seguía haciendo reconocimientos médicos. "Están esperando a que tengas el tercer grado de la enfermedad y que luego te pudras; trabajas hasta que vales, después nada; pasar un reconocimiento médico y que no te detecten la enfermedad tenía que ser delito",comenta.

Y es que, según denuncian desde la CIG, existen casos aún más graves en el que "algunas mutuas participan también de una estrategia perversa para evitar responsabilizarse, tanto ellas como las empresas. Sabemos de casos en los que la mutua, tras detectar la silicosis se lo comunica al empresario, quien a su vez habla con otro empresario del sector para que le ofrezca trabajo en mejores condiciones al afectado; cuando este cambia de empresa, y está aún en periodo de prueba, es sometido a un reconocimiento médico tras el que le comunican que padece la enfermedad, quedando de este modo sin trabajo y sin derecho a indemnización, pues de la anterior empresa tampoco cobrara nada porque fue él quien pidió la cuenta para supuestamente mejorar sus condiciones laborales".

Por otra banda, luego de que se consiguiese en 2015 que en el 1º grado se reconociese la incapacidad laboral con derecho a prestación, pero siempre que en la empresa no exista un puesto libre de polvo, siguen demandando que se conceda la incapacidad total para no verse obligado a trabajar en el sector, como sucede en el caso del 2º grado.

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