Un dique de setenta metros de largo conformado por piedras de 2.000 kilos sobre una cubierta geotextil es la solución urgente que propone la jefatura territorial de Costas para evitar que desaparezca la playa de A Lamiña, en A Guarda. Esta actuación de urgencia, presupuestada en 130.000 euros, se ejecutará de inmediato a través de la empresa Tragsa y deberá estar rematada el 20 de noviembre, pues la situación del arenal es crítica: la erosión del Miño ya se ha engullido hasta 8 metros de costa en algunos puntos y amenaza con adentrarse en un pinar cercano protegido dentro de la Red Natura.

La subdelegada del Gobierno, Maica Larriba, y el alcalde de A Guarda, Antonio Lomba, comprobaron ayer la grave situación in situ. Varios árboles están a punto de caer al río al quedar sus raíces desnudas por el efecto del agua que va eliminando la arena de la playa y del sistema dunar de Camposancos. Dicha estampa empezó a dibujarse hace ya más de un año, el mismo tiempo que el Concello lleva demandando una solución.

Subdelegación del Gobierno anunció en octubre de 2018 la redacción del "proyecto estabilización de la margen derecha del río Miño en su desembocadura", el cual fue adjudicado en junio de este año a la empresa Ingeniería y Estudios Mediterráneo SLP por 22.000 euros. Y, mientras el proyecto está en fase de redacción, el Miño sigue devorando el arenal. Por ello es necesaria esta actuación de urgencia que, según la Subdelegación, "se ha demorado en el tiempo por la necesidad de contar con todas las autorizaciones pertinentes al tratarse de una zona en Red Natura y también por tener incidencia en la línea de frontera con Portugal".

Actualmente, la obra del dique de setenta metros de largo que protegerá la playa de A Lamiña de la erosión ya cuenta con la autorización de los servicios de Medio Ambiente de la Xunta y del Gobierno portugués, por lo que la escollera estará lista en un mes para resguardar al arenal de los temporales invernales que propician su desaparición.