Palos de escoba atrancando ventanas, es el "nuevo" método de seguridad utilizado en el CEIP Fernández López de Porriño. Más que novedoso, pues lo emplean desde hace al menos una década, es curioso. Y a la vista está de cualquier alumno, padre, profesor e incluso cualquier vecino que con motivo de la celebración de comicios electorales, una cita que en los últimos años se viene repitiendo más de lo normal, se acerque a este colegio a depositar su voto.
"El colegio está prácticamente igual que cuando se inauguró hace más de 40 años, las ventanas y los radiadores son los mismos, las puertas, la instalación eléctrica? todo presenta desgaste por el paso del tiempo y urge la necesidad de cambiarlo todo", explica Mónica Pita, presidenta del ANPA A Oliveira, puntualizando que "al contrario de lo que todos dicen no es más caro arreglarlo que hacer uno nuevo, y es que la estructura en sí está en perfectas condiciones, lo que reclamamos es una remodelación integral, y no parches ni remiendos, que haga que vuelva a durar otros 40 años más".
"El Concello ha acometido ya varios arreglos, pequeños y urgentes, pero sabemos que esta rehabilitación que tanto venimos reclamando es competencia de la Xunta de Galicia a la cual ya hemos remitido varios escritos". En la última de las cartas, enviada este verano, le recuerdan que se acordó firmar un convenio entre Concello y Xunta para realizar las obras, "del que a día de hoy seguimos sin saber nada, de ahí que hayamos tomado la decisión de recoger firmas solicitando esta necesidad tan imperiosa. Y si de esta manera continuamos igual pues nos plantearemos otras medidas de presión, saldremos a la calle, nos concentraremos y manifestaremos si es preciso".
Desde el ANPA trasladan a la Xunta "la urgencia de que una Unidad Técnica de la Jefatura Territorial inspeccionara el colegio y comprobase las necesidades" que enumeran en 14 y que pasan desde la retirada de todas la uralitas que cubren pasillos y patios cubiertos, el cambio de radiadores, persianas y cierre del recinto, colocación de nuevas ventanas, pintar el exterior del colegio borrando así las pintadas y otros arreglos varios para solucionar problemas de desagües y desniveles.
"El cambio de ventanas es imperioso, ya no solo por motivos de seguridad, pues el vallado del centro es tan deficiente que cualquiera puede acceder fácilmente, sino por una cuestión de eficiencia energética. Hay un gasto enorme en calefacción, con radiadores que queman y que sin embargo no calientan las aulas porque el calor se escapa. Hay días de frío que los niños no llegan a sacarse las cazadoras", asegura la presidenta del ANPA.
El Fernández López es el único colegio público del casco urbano. Cuenta actualmente con una plantilla de 38 trabajadores y 429 niños matriculados en Educación Infantil y Primaria, distribuidos en 20 aulas.
