Los vecinos del barrio chapelano de Angorén están hartos de jugarse la vida cada día para cruzar la carretera N-552. Medio centenar de vecinos salieron ayer a la calle para concentrarse en la intersección de este vial con la subida a Río Frío, un punto en el que llevan años reclamando medidas de seguridad vial ante el riesgo de atropello.

Los residentes de la zona exigen la instalación de un semáforo con paso de peatones en este tramo de la carretera que une Vigo y Redondela por el que circulan a diario unos 15.000 vehículos, una medida con la que quieren evitar el riesgo que corren a diario para cruzar la calzada en una zona en la que también se encuentra el acceso al colegio público Alexandre Bóveda.

Los afectados consideran que el accidente ocurrido el pasado 30 de agosto en este punto de la N-552, en el que falleció el conductor de un coche al estrellarse contra un camión estacionado en el arcén del margen derecho del vial, es una evidencia del peligro al que se exponen a diario. "Es una zona limitada a 50 km/h, pero los coches y camiones pasan muy rápido, hay muchos accidentes de circulación, tendrían que habilitar algún paso de cebra para reducir velocidad porque los vecinos no tienen por dónde cruzar para acudir al colegio cercano o para ir simplemente al contenedor a tirar la basura", afirma Juan Carlos Gradín, uno de los residentes.

Otro de los vecinos, Basilio Pedreira, advierte de que ni siquiera existe una señalización de advertencia a los conductores por la presencia del colegio en la zona. "Hay que tomar medidas urgentes porque cualquier día tenemos una desgracia. En Rande instalaron semáforos y señales con fondo amarillo para advertir de que se trata de una travesía urbana limitada a 50 km/h, pero aquí parece que estamos abandonados cuando es una zona con escasa visibilidad al tratarse de una zona de curva, con un colegio y dos paradas de autobús. Ha habido varias muertes, los accidentes son constantes, no sabemos a qué esperan para tomar medidas", explica.

A finales del pasado año el anterior gobierno redondelano aseguró que la Demarcación de Carreteras del Estado en Galicia estaba gestionando la autorización solicitada por el Concello para instalar el semáforo en este punto, pero nueve meses después todavía no se sabe nada del asunto. Los vecinos aseguran que se trata de una cuestión urgente por lo que han iniciado una serie de movilizaciones para llamar la atención de las administraciones para que se acometan cuanto antes las medidas de seguridad en esta zona. También han solicitado una reunión con la alcaldesa, Digna Rivas, para que realice gestiones ante el Ministerio de Fomento.