Nada se movió en la frontera luso-galaica entre los concellos de Arbo, Crecente y el limítrofe de Melgaço. El río Miño marca una línea de delimitación perfecta y no hay variaciones, aún así los municipios se reúnen para firmar un acta que dice básicamente que todo está en su sitio.

El alcalde de Arbo, Horacio Gil y el presidente de la Cámara de Melgaço, Manoel Batista Calzada Pombal, firmaron la revisión de límites ayer en los términos establecidos en el Tratado de límites. El alcalde de Crecente, Julio César García-Luengo Pérez, también asistió al acto y firmó su acta también con Melgaço.

Plenos poderes

Según informan desde el Concello de Arbo, los alcaldes de los tres municipios intercambiaron los documentos de sus plenos poderes "encontrados en debida forma por todos reconocida y se iniciaron los trabajos de visita que se tenían acordados al convenir esta reunión".

"En los términos del Art. 25 º del Anexo 1º del Tratado de Límites de 29 de Septiembre de 1864, fue reconocida la línea fluvial del río Miño, que sirve de frontera entre Portugal y España, observándose que en ambas márgenes y en el curso del río no hubo otras alteraciones que las anotadas en las actas de vistas anteriores".

Según manifiesta el alcalde del Concello de Arbo, "esto es un acto que se viene realizando desde el año 1864 entre los dos municipios limítrofes y que pone de manifiesto la gran colaboración que existió y existe entre ambos municipios, entre ambos países, por segundo año el acuerdo se realizo en presencia de los tres alcaldes para seguir reforzando lazos y trabajar por el buen funcionamiento de las tres entidades y la convivencia de los vecinos y vecinas de los tres municipios".

El tratado de la frontera no se firma anualmente solo en la zona alta del Condado, también en el Baixo Miño gallego y los raianos del Alto Miño portugués se firma un documento similar con participación de la Comandancia Naval del Miño, y en este caso se llega a comprobar que el agua discurre con normalidad.