Con varios centenares de mesas con sombrillas, la fiesta del vino del Condado, cuya edición número sesenta comienza mañana viernes, prácticamente cambia de aspecto siendo el recinto amurallado de Salvaterra el escenario elegido para los tres días.

De esta forma, los asistentes podrán estar más cómodos tanto en las "noites gastronómicas" como durante la venta de los vinos que realizarán los propios bodegueros.

El equipo de trabajadores del Concello de Salvaterra ultimaba ayer la reorganización del espacio con la idea de dar cabida al mayor número de personas. La alcaldesa de Salvaterra, Marta Valcárcel, dirigió el montaje junto al teniente de alcalde, Nestor Groba.

"Como las condiciones meteorológicas serán buenas, este año la fiesta del vino puede batir récord de asistentes, y no queremos dejar nada a la improvisación", explicó.

A lo largo de los tres días se esperan más de 50.000 personas "y nosotros queremos que estén cómodamente sentadas, que si hace sol no tengan calor y que por la noche exista comodidad", dijo.

Desde hace años la fiesta adquiere una dimensión muy especial el viernes y el sábado, pero al organizarse entre la iglesia, la casa del Conde y las cuevas de Doña Urraca, quedaba achicada. "La nueva reorganización le da no solo amplitud, sino que mejorar los aspectos organizativos y de seguridad", aseguró la regidora.