La Asociación de Hosteleros de Ponteareas acusa al gobierno local de "perseguir" a los establecimientos de la localidad abocándolos al cierre. Los hosteleros aseguran que no se les permite "prolongar ni diez minutos" el horario de cierre establecido, ni colocar, puntualmente, "dos mesas más en sus terrazas" sin ser multados. "Una semana después de las elecciones municipales, nueve locales recibieron multas, que les llegaron todas juntas, por valor de hasta17.500 euros en uno de los casos, por 4.000, 3.600, 1.700 euros..." asegura el presidente de los hosteleros, Isidoro Pino, quien critica que les llegasen meses después de su fecha de imposición y, "curiosamente", una vez celebrados los comicios locales.

La asociación de hosteleros aporta datos sobre la situación del sector en los últimos cuatro años. "Contabilizamos 24 locales de hostelería cerrados en el centro urbano de Ponteareas y en la zona más inmediata a esta, además de haber sido traspasados 32 negocios".

La hostelería es un sector con un centenar de negocios en Ponteareas que ha dado empleo en los últimos años a, aproximadamente, trescientas personas. "Generamos empleo y solo queremos llevar un sueldo digno a casa pero, de seguir así, tratándonos como delincuentes, veremos cuántos de nosotros aguantan y durante cuánto tiempo", apunta Pino.

Los hosteleros recuerdan que Ponteareas ha dejado de ser un municipio de referencia para "salir de marcha" los fines de semana y, en invierno, los locales cierran mucho antes de lo que podrían porque no tienen clientes. "El verano son ocho fines de semana, de los que por la climatología se aprovechan cuatro, así que creo que no pedimos tanto, que el Concello reflexione, que sea un poco más flexible cuando podemos hacer algo más de caja para compensar los meses que cerramos en negativo en otoño, invierno y primavera", apunta el portavoz de la hostelería ponteareana.

Y es que según argumentan, en verano, con el calor,no tienen clientes hasta las nueve de la noche, cuando vecinos y turistas regresan del río, la playa o la piscina. "No hay nadie durante toda la tarde y si no podemos estirar un poco la noche en verano, tendremos que cerrar la puerta", señala otro hostelero.

El horario obligatorio de cierre de los distintos tipos de establecimientos de hostelería se recoge en una disposición de la Xunta de 2005, en la que para las cafeterías se fijan las 3.00 horas y para los café-bar, las 2.30 horas. Sin embargo, esta disposición deja abierta la posible ampliación del horario, hasta una hora, durante los periodos de mayor afluencia de visitantes en localidades turísticas, pero su autorización necesita, entre otros requisitos, un informe del Concello. Al igual que depende de la Administración local la ordenanza de terrazas.

Botellón

Respecto a las quejas vecinales por el ruido nocturno y la suciedad en las calles, los hosteleros se defienden y aseguran estar "hartos" de que se les responsabilice en exclusiva, injustamente. Explican que como en otros municipios, los jóvenes hacen "botellón" en varios puntos del centro urbano, y uno de los más concurridos es el del parque de A Feira Vella. Utilizan altavoces para tener música y, a lo largo de la noche, se desplazan también a las aceras y soportales de los alrededores. Cuando finalizan quedan tirados en A Feira Vella vasos de plástico, latas, botellas, bolsas y otros residuos. "Es una aberración y es mentira decir que todo el ruido y la suciedad de nuestras calles es derivado del gremio de la hostelería", apunta Pino.