Las medidas judiciales que el alcalde de Gondomar, Francisco Ferreira, anunció contra el número tres del PP, Simón Domínguez, por no devolver las llaves de las taquillas que utiliza como agente de la Policía Local podrían resultar innecesarias, ya que el edil prevé regresar a su puesto. Simón Domínguez afirmó ayer que sopesa su dimisión como concejal para volver a ocupar su plaza en el cuerpo de seguridad municipal tras situarlo los resultados electorales en la oposición. Su decisión no responde a las acusaciones del regidor, que también formó parte durante décadas de la Policía municipal, sino que la había tomado con anterioridad. No obstante, estudia querellarse contra él por "calumnias". "O único que pretende ao facer públicas estas minucias é desprestixiarme profesional e políticamente", recalca, además de afearle la "actitude antidemocrática".

Domínguez solicitó una excedencia en abril, cuando decidió presentarse a las elecciones en la lista del Partido Popular,encabezada por Paula Bouzós, por incompatibilidad de sus funciones profesionales y políticas. El todavía edil afirma que recibió un único requerimiento el 22 de abril, "non varios como di Ferreira", que lo instaba a devolver la documentación que lo acredita como policía y el material policial.

Tras notificársele la orden, acudió a la Jefatura para entregar lo que se le pedía, pero tuvo que regresar días más tarde porque el jefe de la Policía no se encontraba. "Fixen entrega da pistola, dos dous cargadores e da munición, da chave do armeiro, das chaves de acceso ás dependencias policiais, das chaves internas das oficinas e vestiarios e da emisora de radio", especificó. Admite que no devolvió las llaves de las dos taquillas que utiliza porque allí guarda la ropa que vestía para ejercer sus funciones y el casco de motocicleta que lleva inscrita su identificación., Y no lo hizo "porque eu non me podo facer responsable do que faga calquera compañeiro que poda actuar co meu número", explica.

"Non son un terrorista"

Insiste en que no se quedó ningún proyectil y lamenta que "o alcalde me trate como un delincuente e cree unha alarma innecesaria de inseguridade na rúa con estas acusacións". Tras las elecciones y la toma de posesión de su cargo el pasado 15 de junio, Domínguez solicitó un cambio en su situación profesional. Pasó de la excedencia a los servicios especiales, de manera que sigue vinculado a su plaza. "Eu sigo sendo un policía porque non estou inhabilitado nin expedientado, non son ningún terrorista, como quere facer ver o alcalde", aclara.

Considera la actitud de Ferreira como una "persecución política" y le atribuye un "comportamento moi pouco democrático" porque "o que fai é tomar represalias contra min por formar parte doutro partido político".

Pese a que dejará la actividad pública próximamente, Domínguez insta a Ferreira a "preocuparse de xestionar o diñeiro público de Gondomar agora que cobra 50.000 euros ao ano e dos problemas reais da Policía Local, que son moitos e moi serios".