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San Simón vuelve a ser Illa da Memoria

Cientos de personas participan en el homenaje nacional a las víctimas del franquismo

Asistentes al homenaje a las víctimas del franquismo // I.G.M.

La isla de San Simón volvió a ser la Illa da Memoria el domingo con una jornada emotiva y reivindicativa que concentró a cientos de personas en el homenaje nacional a las víctimas del franquismo organizada por la Iniciativa Galega pola Memoria.

La escritora y periodista Ana Cabaleiro, conductora del programa, destacó que el que no se juzga y se condena "no es amnistiado, sino que queda impune", en un emotivo acto en el que se homenajeó a Darío Rivas -impulsor de la querella argentina- y a la guerrillera de Soulecín, Chelo Rodríguez, que fallecieron este año.

Las víctimas del franquismo exigieron en la isla redondelana que el Estado cumpla con los tratados internacionales y acate la no prescripción de los delitos contra la humanidad. Esta fue la denuncia realizada por Cabaleiro en el encuentro nacional que los colectivos por la memoria celebraron en San Simón no solo para rendir homenaje a las víctimas y a sus familias, sino también para reivindicar el fin de esa impunidad que, recordó Cabaleiro, "lejos de ser derogada y revertida desde los poderes institucionales correspondientes, de tanto mantenerse en el tiempo llegó a propiciar en los últimos años el envalentonamiento de los reaccionarios y herederos de la dictadura, que pugnan por seguir imponiendo y legitimando su ideario de represión y expolio".

En el año en que se cumplen ochenta del fin de la Guerra Civil en España y diez desde que "la sociedad civil" a través de la Iniciativa Galega pola Memoria tomó las riendas de la organización del homenaje ante la desidia de la administración autonómica, Cabaleiro exigió también en el nombre de todos los colectivos que la conforman "la regulación de la apología del franquismo como delito y la prohibición de toda exaltación del mismo".

Cabaleiro destacó en su intervención como conductora del acto central que en esos ochenta años "se escribió con la tinta de una dictadura, con la tinta de una transición a la democracia falsamente calificada como 'pacífica y modélica', y con la tinta de una Ley de Amnistía, ignominiosa e insultante, que bajo el cínico argumento de no reabrir heridas derivó en una impunidad efectiva de todos los crímenes cometidos desde el golpe de Estado de 1936 hasta la promulgación de esta ley en 1977. La historia de estos ochenta años fue escrita, por lo tanto, con la tinta del silenciamiento, del ocultamiento y de la negación del terror que inundó este país".

Derogar esa ley para acabar con la impunidad fue el clamor de la jornada, protagonizada por las propias víctimas. Chato Galante, torturado por Antonio González Pacheco, "Billy El Niño", y uno de los firmantes de la querella argentina, se desplazó desde Madrid para reivindicar en la isla el derecho a la justicia universal y para recordar que Galicia fue una zona "especialmente castigada" por lo que "además de las señas de reconocimiento precisa de acciones que garanticen los principios de verdad, justicia y reparación para todas las personas que sufrieron crímenes de lesa humanidad, que nunca pueden prescribir". Galante fue precedido en la palabra por Celso López, miembro de la Asamblea Republicana de Vigo, que tras recordar la reciente adhesión del movimiento gallego a la coordinadora de apoyo a la querella (CeAqua) reclamó que el Estado aplique los tratados internacionales suscritos en el ámbito judicial que recogen la no prescripción de los delitos de lesa humanidad y, por tanto, la imposibilidad de amnistialos.

Por su parte, el investigador Moncho Ermida recordó que "también en la Galicia tenemos muchos Billy El Niño" e instó al movimiento memorialístico a "poner encima de la mesa" los nombres de las personas que participaron en torturas, sobre todo en los últimos años de la dictadura y en la transición. Él mismo recitó algunos mientras que Elvira Cienfuegos, componente de la asociación cultural El Gallo de Compostela, dio lectura a un texto emotivo y escalofriante, en el que un extrabajador de Citröen torturado en aquel tiempo daba consejos precisos a sus camaradas sobre como resistir a los golpes. Un histórico texto que fue utilizado por agrupaciones antifranquistas de todo el territorio español.

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