El boom de las gasolineras autoservicio llega al Val Miñor por Baiona. La primera estación de servicio sin personal para suministrar el combustible de la comarca podría instalarse próximamente en la Rúa Outeiro, paralela al acceso a la autopista AG-57 en Sabarís, si la Xunta de Galicia le otorga el permiso solicitado. La promotora es la compañía low cost (bajo coste) Plenoil, que ha pedido recientemente también autorización para ubicar otro negocio similar en Mos, en la Avenida de Puxeiros.

El proyecto al que ha tenido acceso este diario contempla dos surtidores, uno de gasolina 95 con un depósito de 30.000 litros y otro de gasóleo A con un tanque de 40.000. En principio, ninguno de ellos vendría a solventar la demanda de servicio nocturno de repostaje de la comarca, dado que ninguna de las estaciones de servicio presentes en Baiona, Nigrán ni Gondomar están abiertas más allá de las once de la noche. Según la memoria que la firma ha presentado a la Administración gallega, su horario de funcionamiento se extendería entre las 7.00 y las 23.00 horas, y contaría con dos trabajadores, aunque ninguno se ocuparía de servir combustible a los conductores, sino del cobro y otras tareas.

El proyecto sitúa los surtidores en una parcela de 1.114 metros cuadrados, urbana según el Plan Xeral de Ordenación Municipal, y en la que se ubicarían también un lavado de coches y una caseta prefabricada que albergaría la terminal de pago, aseos y una máquina de bebidas y snacks.

Las de Baiona y Mos serían las primeras estaciones de servicio desatendidas de la provincia. La misma compañía tiene cuatro en A Coruña, dos en Lugo y una en Ourense. Pero Pontevedra se ha resistido hasta el momento a este tipo de negocios sin personal. Los motivos, según la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae), son las "trabas" que imponen las administraciones ante las presiones de las gasolineras convencionales.

El debate acerca de estos negocios está abierto. Desde la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes) los cuestionan por considerar que "vulneran los derechos de los consumidores, sobre todo en materia de seguridad al tratarse de un producto peligroso, inflamable", además de insistir en que "destruyen empleo". Los operadores autoservicio defienden su actividad al ofrecer combustible "hasta 13 céntimos más barato".