El primer museo al aire libre de Gondomar se estrenó esta semana a la luz de la luna. Un total de 125 personas disfrutaron en el Monte Galiñeiro, en Vincios, del yacimiento arqueológico de Auga da Laxe en su mayor esplendor e inauguraron el calendario de visitas que el Instituto de Estudos Miñoráns organiza cada verano, las Xeiras do IEM. Los focos habilitados para la ocasión permitieron a los presentes contemplar, con la nitidez que impiden los rayos del sol, los secretos del bastión del conjunto, la Pedra das Procesións, el considerado mayor petroglifo de armas de Europa. Una a una, pudieron identificar las 39 piezas bélicas que grabaron los primeros pobladores del Val Miñor hace 4.000 años, incluso las recién descubiertas por la tecnología 3D, apenas perceptibles para el ojo humano sobre la roca.
La joya continental del conjunto es un majestuoso mural granítico de 12 metros de largo por 5 de alto que se llama así gracias a la histórica interpretación popular de lo que allí se inscribe. "O nome foi posto polos paisanos porque os escudos grabados parecen estandartes dunha procesión", explica Xosé Lois Vilar, el arqueólogo del IEM que llevó a cabo, junto con el experto en etnografía Xilberte Manso, el estudio encargado por el Concello de Gondomar para musealizar su gran tesoro prehistórico.
La investigación empleó la técnica de la fotogrametría para desarrollar las réplicas en 3D que permitieron descubrir siete dibujos desconocidos. "Os estudos feitos ata o de agora, a través do calco fundamentalmente, identificaban 32 pezas -puñais, escutiformes, alabardas e ata unha espada de 2,40 de longo- pero a precisión desta tecnoloxía descobre outras sete que é imposible identificar coa técnica tradicional e menos coa vista", indican los expertos.
Datos que confirman la relevancia mundial del mural, y de todo el conjunto de Auga da Laxe. Los investigadores realizaron una nueva prospección del entorno para completar la investigación previa a la musealización y localizaron siete rocas grabadas desconocidas, que se suman a las seis catalogadas hasta ahora. "Dos máis de 5.000 petróglifos existentes en Galicia e no norte de Portugal, só hai 51 de armas e 13 están en Vincios, o 25%. Pensabamos que había 48 pezas no conxunto de rocas e agora contamos máis de 90.", recalcan Vilar y Manso que calculan en un kilómetro cuadrado el radio de extensión de conjunto tras el trabajo, el doble de lo que creían.
No solo la densidad numérica de elementos hace interesante el conjunto, sino sobre todo el contenido y su significado. "A demostración de poder que supoñen as armas que os seus creadores foron grabando de maneira repetida no tempo enriba da Pedra das Procesións, indícanos que o mural podía ter interese supralocal, que podía ser un lugar de afluencia de moita xente, ben como espazo de culto, de festa, ou do que se adoitase facer naquel momento. Era un monumento para visitar", destaca Vilar.
Ocho paneles con códigos QR que amplían la información sobre el yacimiento al visitante completan el museo a cielo abierto gondomareño, para el que el IEM todavía tiene más proyectos que permitan la accesibilidad sin barreras. "Temos a documentación lista para por en marcha un servizo de audioguías que permitirá visitar o espazo por libre con máis información ou darlle a coñecer o conxunto ás persoas cegas para as que tamén queremos habilitar paneis táctiles", agrega Manso, "pero para iso é preciso que a Administración se implique".
