La Granja Escuela Musical Corazón de Carballo, afincada en Tomiño, acaba de recibir uno de los Premios Agader que concede la Xunta de Galicia a iniciativas de desarrollo en el rural; en el caso de la granja tomiñesa, esta logró el máximo galardón de la categoría de proyectos dirigidos a la juventud. El premio es un reconocimiento al trabajo realizado en favor del rural, pero también una dotación de 10.000 euros para poder mejorar y ampliar sus instalaciones.
Actividades en grupo o individuales, campamentos de verano, fines de semana temáticos, exposiciones, talleres nocturnos, cursos y concentraciones intensivas sobre deporte, música y cultura, búsquedas del tesoro, visitas y juegos en contacto con la naturales son algunas de las actividades que ofrecen en Corazón de Carballo y que tienen más de un denominador común: el cuidado del entorno, el respeto al medio ambiente, la preservación de las tradiciones y del patrimonio natural, material e inmaterial de Galicia.
Además de la naturaleza, elemento sin el cual no se entendería una granja, la de Tomiño destaca también por compartir protagonismo con la música. Y es que su cofundadora, Diana Balboa, es musicóloga especializada en Lisboa y Oxford. Ella, junto al otra alma mater de la iniciativa, Xosé Martínez, decidieron salir de sus "zonas de confort" para embarcarse en esta aventura que, año y medio después, ha trascendido lo empresarial para convertirse en una forma de vida.
En apenas dieciocho meses de trayectoria, Corazón de Carballo ya ha abierto sus puertas a más de 5.000 personas. Suizos, italianos, franceses, ingleses y portugueses, además de españoles y gallegos, han convivido con las gallinas, conejos, cabras y ponys de esta granja escuela en la que también colaboran educadores ambientales, pedagogos y monitores que han apostado por el rural gallego y sus oportunidades.