Un agente de la Guardia Civil de Gondomar se dirigía a supuesto de trabajo, con su coche particular, para iniciar su turno de noche cuando, al pasar por el barrio de la Ameixeira se percató de que había una furgoneta estacionada al borde de la carretera, con el portón trasero abierto. Se encontró con una persona escondida detrás de la furgoneta, que ya tenía siete vigas de madera cargadas en su interior. Previa acreditación de su condición de agente de la autoridad procedió a la identificación de esta persona, quien resultó ser un vecino de Nigrán, al que, después de restituir las vigas al lugar de donde las había sustraído, se le notificó su condición de investigado.