Los miembros de la Asociación Gallega de Afectados por Silicosis (Osílice) siguen en su lucha, desde A Louriña, para mejorar la situación a todos los que sufren esta enfermedad pulmonar incurable.

Producida por la inhalación de polvos de sílice, encontrados en los materiales de las canteras, minerías y entornos de la construcción, la silicosis ha sido diagnosticada en unas 600 personas en el Hospital Álvaro Cunqueiro, informa la asociación. "Esto es un dato impactante teniendo en cuenta que este hospital cubre un territorio limitado", puntualiza el presidente de Osílice, Juan Carlos Giráldez.

De los tres diferentes grados que en los que se clasifica la enfermedad, siendo el I el más leve y III el más grave, Osílice actualmente busca que se haga una ley centrándose en los trabajadores con silicosis de grado I (silicosis simple). Ellos quieren que si un trabajador con silicosis simple, sin ningún problema respiratorio añadido, que esté activo en su empresa y que no pueda ser reubicado en otro puesto libre de polvo de sílice, se le otorgue la incapacidad con derecho a una ayuda mensual de manera definitiva y que no tenga que verse en la tesitura de quedarse sin ayuda porque la Seguridad Social reclame el dinero a la mutua que lo cubre, que esta recurra la incapacidad, y que el afectado pueda acabar por quedarse sin ayuda y sin empleo, como llega a ocurrir en algunos casos actualmente, según informa la asociación. Por ello, están luchando para que este tratado no de ley, que es la categoría actual de este proceso, se convierta en una ley que proteja a los nuevos casos que se siguen dando a nivel nacional, especialmente en Galicia y la comarca de Louriña.

Nuevas esperanzas

La inhalación de los polvos de sílice crea cicatrización en los tejidos que existen entre los alveolos y los capilares de los pulmones, causando un deficiencia respiratoria crónica e incurable. En los casos más graves, los afectados ya cuentan con la ayuda del Centro Hospitalario Universitario de A Coruña, donde han comenzado a transplantar pulmones con silicosis. "Aunque te juegas la vida tenemos que estar muy agradecidos a estos cirujanos, por la labor increíble que están haciendo, ya que el transplante pulmonar es muy complicado y más aún en el caso de silicosis, porque los pulmones se pegan a la tela que los protege provocando muchas hemorragias", explica Giráldez.