Una nueva "zona caliente" de yacimientos prehistóricos sale a la luz en Gondomar. A tan solo unos kilómetros del internacionalmente admirado mural milenario de armas de Vincios, el de Auga da Laxe, el Instituto de Estudos Miñoráns ha hallado un total de 38 petroglifos inéditos en la parroquia de Couso.

Todos concentrados en una superficie de un kilómetro cuadrado, en lo que se conoce como Chan da Porreira. Una densidad de grabados "altísima", según explica Xilberte Manso, arqueólogo de la entidad cultural que los ha localizado a lo largo de dos años y que les atribuye una antigüedad de entre 3.500 y 4.000 años, de la Edad de Bronce.

Los últimos se los encontró la semana pasada en un lugar denominado O Gorgulliño. Una tala de eucaliptos por parte de la comunidad de montes los hizo visibles. Son diseños abstractos como círculos concéntricos, entre ellos uno "moi considerable" de unos 50 centímetros de diámetro, espirales o herraduras.

Pero los más interesantes del conjunto aparecieron hace ya meses, tras una inspección "de oficio" por el entorno de A Portela. Preparando una visita guiada que pasaba por allí para ver un grabado más moderno, de nuestra era, con letras y números que servían de deslinde entre Tomiño y Gondomar siglos atrás, los arqueológos del IEM detectaron algunos petroglifos que no conocían y, revisando las piedras de la zona, encontraron dos escenas "impresionantes" que reúnen un total de 17 figuras de équidos.

Una de caza sin humanos, en la que se percibe la caída de las presas en una trampa, y otra de cópula para perpetuar la especie. Muy poco comunes ambas. De apareamiento solo se conoce en toda Galicia un grabado prehistórico en Tourón, en Ponte Caldelas, asegura Xilberte Manso, "e hai certas dúbidas de que sexa iso". Y de captura de animales solo hay otra en la comarca, muy importante por su singularidad, la de Outeiro dos Lameiros, en Sabarís.

En el caso de la representación cinegética, los caballos no son los únicos animales. "Pode que haxa dous cans que os acorralan cara a trampa, utilizados xa daquela para a caza, e tamén outro cuadrúpedo que parece unha cabra". Es una muestra de que los habitantes de la zona no solo capturaban para matar y alimentarse, "senón que os collían vivos para domesticar e montar", apunta el experto.

Los hallazgos serán trasladados a la Dirección Xeral de Patrimonio para su catalogación y documentación con el fin de protegerlos y evitarles daños derivados de los trabajos en el monte. Un supuesto que en Couso resulta improbable "porque a comunidade de montes está moi sensibilizada e os comuneiros están moi atentos". De hecho, los investigadores del IEM realizan controles habituales en la zona "porque con tanta densidade é máis que probable que aparezan moitos máis petróglifos", recalca.

La intención de los comuneros es poner en valor el espacio y diseñar en cuanto sea posible "rutas para visitar a zona e mesmo unha app para obter a información sobre cada xa cemento con só facerlle unha foto", indica su presidente, Xosé Antón Araúxo.

En definitiva, estamos ante "uns achádegos moi interesantes dos dous últimos anos grazas á precaución da comunidade de montes de Couso e á colaboración altruísta do IEM na posta en valor do noso patrimonio", concluyen.