No hay razón para preocuparse por la posible repercusión de la falta de banderas azules en las playas en la afluencia de visitantes, según asegura el gobierno de Nigrán. El alcalde, Juan González, llamó ayer a la calma a los hosteleros del municipio, temerosos de que la decisión de los dirigentes municipales de no solicitar los distintivos de calidad de los arenales afecte al negocio este verano.

Asegura que, antes de tomarla, "analizamos casos coma O Grove, onde non ondean desde 2016, e o turismo incluso creceu". Esto quiere decir, señala el regidor, "que na chegada de turistas inflúen outros factores". Y en este sentido, insiste en que "a ausencia de bandeiras non significará unha merma na calidade dos servizos que se ofrecen na praias, porque non só se manterán senón que se poderán ofrecer sen as presións de Adeac". González recalca además que los arenales dispondrán de socorristas "igual que se tiveran bandeira azul" y la Mancomunidade do Val Miñor contratará 31 para Nigrán y Baiona con mayores sueldos.