Se emociona cuando lo recuerda. Francisco Boente Bargiela, de 69 años, no puede sacar de su cabeza la cara del jabalí que le atacó el martes en el barrio de Couso (Guláns), donde vive. Ayer tarde reposaba en su casa tras recibir el alta en el Hospital Álvaro Cunqueiro a la espera de nuevas pruebas.

Boente explica que salió en defensa de su madrina, Emilia Bargiela, de 86 años, cuando el jabalí ya la tenía en el suelo. "Era mi madrina y no podía dejar que ese animal le sacase la cabeza, por eso fui en su defensa, pero el cerdo se ensañó conmigo y solo me quedó luchar hasta que me quedé sin fuerzas y esperar a que me matase, lo que afortunadamente no pasó", relata envuelto en dolor.

Numerosas heridas en piernas y brazos, incluida la rotura de un dedo de la mano izquierda, en un costado, las embestidas del "porco bravo" dejaron muy mal parado a este hombre que debe volver al hospital por una lesión en el pulmón, posiblemente causada en la pelea. "Yo estaba a salvo pero acudí para defender a mi madrina, lo haría con cualquier persona, pero especialmente por ella".

"Le agarré la cabeza"

Emilia Bargiela, a sus 86 años, relata con perfecta lucidez el ataque y como se defendió, pese a que asegura que la falta vista y que en principio pensó que era un perro. Explica que cuando su ahijado le avisó que el jabalí estaba en su verdura fue con un palo a ahuyentarlo pero se encontró con una fiera. "Era como un caballo desbocado", dice. De los ataques se llevó múltiples heridas, en las dos piernas, brazos, mano, en un costado, en la espalda y en la cara. "Cuando estaba el suelo lo agarre por la cabeza para que no me comiese la cara", asegura, pero reconoce que no tenía fuerzas para doblegar al animal "que marchó de mi lado porque quiso marchar". Añade que nunca hasta ese momento había visto un jabalí de día.

Celsa Bargiela, hija de Emilia, fue la que la consiguió levantar cuando el jabalí, que hacía embestidas constantes "atacaba a Paco". "Fuimos alejándonos poco a poco, mientras el animal se ensañaba con Paco, esperando que viniese más ayuda", dice.

"Pasamos mucho miedo porque el cerdo marchaba y después venía loco, se alejaba de Paco y después volvía a morderle, fue algo fuera de serie, y estoy asombrada de como hemos salido vivos", añade. Celsa también fue dada de alto ayer con numerosas heridas en piernas y brazos, recibiendo numerosos puntos de sutura.

Blas Souto, de 37 años, el cuarto herido se recupera de contusiones en el tórax. Este vecino fue atacado antes de Paco, Emilia y Celsa. En su finca el cerdo también se ensañó con su perra, la gran danés de 75 kilos que se enfrentó al jabalí, y que se recupera de las suturas, mordeduras e incisiones de los colmillos del jabalí, además de haber perdido dos dientes.

Ayer todo Guláns estaba consternado por el suceso y nadie daba crédito porque estos animales no suelen atacar a las personas, salvo en defensa propia.

Fuentes de Medio Ambiente indicaron que el jabalí, que murió en el lugar de los hechos por causas desconocidas, era un adulto joven de aproximadamente 60 kilos.

La autopsia del animal que determinará las causas de su muerte se ha pospuesto al tener que desplazarse uno de los veterinarios encargados de practicársela, ayer, a Pazos de Borbén, después de que un grupo de vecinos atrapasen a un jabalí repleto de una especie de "garrapatas" características de las aves. Los expertos explican que estos animales solo suelen atacar así al verse en peligro o acorralados y barajan la posibilidad de que el jabalí reaccionase de esta forma después de haber sido golpeado por un vehículo.