Hace un año que solo lo toma de vez en cuando porque los achaques se van abriendo paso en su cuerpo. Pero hasta los 99, Enrique Val Cousiño se bebía un whisky diario y está convencido de que ese es su secreto de longevidad. Así lo certificaban ayer tanto él mismo como sus dos hijas en la gran fiesta de cumpleaños que le organizaron su familia y vecinos en el centro cultural "O Torreiro" de Priegue, donde jugaba la partida cada tarde hasta que una bronquitis lo obligó a quedarse más tiempo en casa.

Emocionado aunque sin renunciar a la retranca, el homenajeado agradeció el gesto a su manera. "Con esta festa facédesme máis vello do que son", advirtió con humor a los presentes. Recibió numerosos regalos, entre los que no faltaron dos botellas de su "trago" favorito y una placa homenaje del Concello que le entregó el alcalde, Juan González, en nombre de todos los nigraneses.

Camarero de profesión a lo largo de toda su vida laboral, Enrique, natural de Covelo, emigró a Venezuela en su juventud y lleva 60 años instalado en Priegue. Y todavía tiene cuerda para rato. Su hermana Concha ya ha cumplido los 103.