Tristemente conocido hace siete años por un problema sanitario que generó un tenso conflicto vecinal, el cementerio de Priegue ya cuenta con todas las de la ley. Allí descansan en paz los más de doscientos difuntos de esta parroquia de Nigrán desde el año 1987 y por fin podrán hacerlo también sus familiares y titulares de las tumbas. Después de tres años de trámites, la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta ha dado luz verde a la regularización de la ampliación del camposanto, únicamente pendiente de que la Consellería de Sanidade la confirme. Así lo explicaron ayer el alcalde, Juan González, y el presidente de la asociación de propietarios, Serafín Villanueva.

Los problemas comenzaron en 2012, cuando una explosión por supuesta acumulación de gases en una tumba trajo consigo una inspección de Sanidade que, según la gestoría que administraba el cementerio, obligaba a llevar a cabo un proyecto de drenaje, del que carecía por no ser obligatorio cuando se construyó. Los trabajos, presupuestados en 70.000 euros, suponían derramas para los titulares y obligaban a agujerear los nichos. En cuanto la empresa puso en marcha las perforaciones, se desataron los enfrentamientos. Numerosos propietarios se negaron a pagar y la sucesión de pleitos en los juzgados mantuvo la necrópolis plagada de zanjas y orificios durante cuatro años.

Fue en 2016 cuando intervino el Concello de Nigrán. El gobierno local medió ante la Xunta para regularizar la necrópolis vecinal, igual que hizo con las municipales de O Ceán y Parada, y logró que el departamento autonómico rebajase las exigencias. para adaptar el recinto a la Lei de Sanidade Mortuoria de Galicia, que había entrado en vigor dos años antes.

Los vecinos pusieron en marcha los trabajos requeridos para adaptar el camposanto a las exigencias de la normativa. Taparon los agujeros de los nichos, llevaron a cabo salidas de gases más discretas y acondicionaron los espacios comunes.

Solo faltaba el informe de Patrimonio acerca de la intervención, necesario dado que el cementerio se encuentra en el ámbito de afección de elementos protegidos coom el Castro Navás y la iglesia y cementerio parroquiales. Y es favorable. "En conxunto trátase dunha actuación razonablemente discreta, que non desentoa cos bens afectados e resulta compatible con eles encanto á súa escala e implantación", indica.

El alcalde mostró ayer su satisfacción por conseguir que se legalice el cementerio "despois de máis de trinta anos da súa construcción e dun longo proceso administrativo". Destacó el logro que "porá fin a un grave desencontro social e veciñas que, co esforzo de todas as partes, sobre todo de Serafín Villanueva e José Misa, estamos a piques de solucionar de xeito definitivo".

Por su parte, el representante de los propietarios, Serafín Villanueva, celebró que "a Administración dera o último paso para dar de alta o cementerio" y poner fin al conflicto.