Correa fija en 2024 la meta para contar con un nuevo plan urbanístico sin pensar en las elecciones ni en su futuro político a partir del 26 de mayo. "As eleccións non poden marcar o ritmo de traballo no Concello. Levamos anos traballando no prego para contratar a redacción e está listo, así que o levamos a pleno", argumenta.

La alcaldesa llama a los grupos de la oposición a la "responsabilidade" para sacar adelante este asunto de vital importancia y los insta a apoyarlo. Se trata de un proyecto "moi necesario para Oia", insiste, porque las normas subsidiarias se han quedado obsoletas.

De hecho, prevé proponer al pleno en los próximos meses una modificación de las mismas para contribuir al desarrollo económico del municipio. Consistiría en rebajar la altura mínima exigida de los locales comerciales y en permitir abrir negocios en construcciones fuera de ordenación. "Observamos que moita xente que quere poñer algún establecemento nun baixo se atopa con estes obstáculos e podemos cambiar as normas para facilitarllo", señala.

Sobre la mesa también sigue la modificación de las normas para dar encaje legal al proyecto del monasterio. Un trámite con el que el Concello lleva años a vueltas sin el acuerdo político necesario para sacarlo adelante. No hay fecha para hacerlo, aunque Correa asegura que "hai conversas coa propiedade e cos grupos municipais" y espera que fructifiquen pronto.