Era usuaria habitual del autobús pero ha dejado de utilizarlo por temor a cruzar la carretera PO-325, la que comunica Vigo con A Ramallosa por la costa. A María Teresa Rivera Fernández, vecina de Nigrán invidente, la falta de un paso de peatones para acceder a la parada más cercana a su casa, en la urbanización As Estelas de Praia América, la limita casi más que la pérdida de visión. "Ya no voy a Vigo en bus porque no tengo necesidad de pasar miedo", explica. Y si lo coge para desplazarse hasta A Ramallosa o Baiona en la parada que coincide del lado del vial en el que vive, "a la vuelta vengo en taxi porque lanzarse a la carretera aquí es un verdadero peligro", relata.

Lleva cinco años reclamando a la Xunta, titular de la carretera, el pintado de un paso de cebra. Hasta en tres ocasiones ha remitido escritos al Gobierno gallego, en 2013, en 2016 y en 2017. La única vez que le respondieron fue a través del teléfono. "Me dijeron que tenía pasos a 100 metros, cosa que es mentira porque el más cercano hacia Baiona está a 800 metros y el del otro lado, hacia Vigo, a 700. También me indicaron que no se podía hacer porque aquí hay un carril bici. No lo entiendo porque el carril bici va de Vigo hasta A Guarda y hay muchos más pasos y en todas las paradas de bus hay uno. ¿Por qué no en esta?, se pregunta. "Si no se puede hacer me callo y punto, pero creo que sí se puede y no sé si no lo hacen por despiste o por qué", indica.

Para cualquier persona sin problemas de visión "ya es un riesgo" cruzar en esa zona próxima a Praia América. Los que lo hacen se juegan el tipo a la carrera para llegar a la marquesina de enfrente. Precisamente la ausencia de pasos de peatones en un tramo de 1,5 kilómetros lleva a numerosos conductores a incrementar la velocidad en la zona, próxima al acceso a la autopista AG-57. "Lo que pido no es por mí, porque tenga un problema de visión, es por la seguridad de todos los vecinos. Aquí hay mucho movimiento de niños y jóvenes en verano y atraviesan corriendo porque no tienen miedo", subraya María Teresa.

Pero está claro que en su caso el riesgo es mayor "porque cruzar de oído es muy difícil" y hasta su perro guía, "Mabi", se resiste a lanzarse a la calzada. "Está entrenada para cruzar por pasos de cebra y se para, tendría que tirar de ella para hacerlo", apunta.

Apoyo municipal

Dispone de un mando para activar los semáforos en los que el Concello ha activado los avisos para personas con discapacidad visual, pero le pillan lejos. El gobierno municipal se lo ha facilitado y también respalda su reivindicación. Desde la Administración municipal han remitido dos escritos a la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, en 2016 y en 2017, asegura el alcalde, Juan González, quien afirma incluso que trasladó el asunto al delegado de la Xunta en Vigo, Ignacio López-Chaves, en una reunión el pasado julio. "Contestou que esa misma semana ían pintar o paso de peóns con características especiais para persoas con dificultades visuais", apunta el regidor, que considera la reclamación de María Teresa "totalmente xusta".

Pese a no acometer el solicitado por esta vecina, la Xunta ha pintado diversos pasos de cebra a lo largo de la popularmente conocida como carretera de la vía en los últimos años. Concretamente, en septiembre de 2016 habilitó tres. Dos de ellos reclamados por los vecinos de Panxón para conectar la parte alta de la parroquia con la costera y el tercero, en la avenida Torrente Ballester, solicitado por el Ayuntamiento, dado que no existía ningún punto para cruzar entre Monte Lourido y A Foz.