Casarse en Cans implica algo más que un compromiso con la pareja. Las personas que contraen matrimonio en esta parroquia porriñesa forman parte de una lista de la que se echa mano todos los años para elegir, por orden cronológico, los mayordomos encargados de organizar las fiestas patronales de San Esteban, que se celebran el 26 y 27 de diciembre. Es una tradición con más de medio siglo de vida que los vecinos esperan nunca se pierda, aunque cada vez son más las parejas que renuncian a este deber.

El traspaso de funciones se escenifica con la entrega del ramo, que en realidad es un laurel adornado a modo de árbol de Navidad, protagonista de un corto desfile que remata en el campo de fiestas, lugar de celebración. El acto fue ayer por la tarde. Acudió numeroso público y ante el cual el matrimonio saliente formado por Carlos Rodríguez y María Luisa Rodríguez y los dos entrantes, Carlos Cabaleiro y Sonia Boente y Horacio Puente y Mónica Acuña escenificaron una serie de coplas en tono alegre y dicharachero y ataviados para la ocasión.

A sus 49 años, Luisa volvió a vestirse de novia, con los mismos atuendos que hace dos décadas; explicó que el blanco del traje reflejaba su alegría y el negro de su tez era muestra del trabajo y esfuerzo de todos estos meses. Por su parte, los nuevos mayordomos acudieron caracterizados de mesoneros, las personas que antaño regentaban los bares del pueblo, y es que ayer ellos fueron también los encargados de organizar la gran merendola, punto de inicio de toda esta tradición.

Cuentan que todo comenzó hace muchísimos años cuando un vecino llevó al campo de fiestas varios productos sobrantes de los festejos de Navidad como "excusa" de reunión, compartiendo un momento de charla y diversión con los lugareños con motivo de la festividad de San Esteban. El caso es que ese pequeño tentempié se convirtió en una merienda que reúne actualmente a más de medio millar de personas, que es la primera prueba de fuego a la que se enfrentan los nuevos mayordomos y que en esa ocasión, como siempre, ha sido todo un éxito. Hubo empanada, dulces y productos navideños para todos los asistentes sin faltar el chocolate con churros y el tradicional vino frío y caliente servido en cubos y con cucharones como en tiempos pasados, todo ello gratuito.

El ramo posará ahora todo el año en el lugar hasta que sea remplazado el próximo por uno nuevo. Durante los 365 días siguientes, Carlos y Sonia, que cumplieron este 2018 20 años de casados, y Horacio y Mónica (14) tendrán que esforzarse y trabajar por recaudar el dinero necesario para celebrar las fiestas de San Esteban.