La retirada de la ballena que quedó varada en las rocas de O Porto do Costado, en Oia, el pasado viernes, se complica. El cetáceo de casi 30 toneladas y 20 metros de longitud desprende un olor desagradable después de seis días, sin embargo, su retirada parece inviable tanto por tierra como por mar.

Su ubicación resulta inaccesible para un vehículo debido al desnivel existente en el lugar. Por eso, la empresa que se encarga habitualmente de la retirada de otros cetáceos, descartó su traslado por vía terrestre.

La alternativa de retirarla mar adentro con un remolcador también la declinó ayer Salvamento Marítimo. Al encontrarse sobre rocas y debido a su peso, los expertos consideran que no sería efectivo el arrastre desde el mar.

Desde Protección Civil de O Rosal explican que el cetáceo desprende ya un olor muy desagradable. A pesar de ello, visitantes y lugareños se acercaron en los últimos días al lugar para contemplarla de cerca. "Colocamos vallas y letreros para advertir que no se acerquen pero muchas personas se acercan igual, incluso con niños, y podrían resbalar" explican desde Protección Civil.

La alcaldesa de Oia, Cristina Correa, coordina con los distintos organismos competentes la vía más adecuada para resolver la situación. "En casos anteriores de delfines hemos gestionado la retirada desde el Concello, pero ante un cetáceo de estas dimensiones y que se encuentra en dominio público son varios los organismos y administraciones implicados", explica la regidora.