A puerta cerrada "por motivos de seguridad", según indica el alcalde, Ángel Rodal, la Corporación de Baiona celebró el primer pleno del PP en minoría en catorce años. Decenas de vecinos, tan solo 25 dentro de la sala, seguían el debate, del que tuvo que ausentarse la concejala que desencadenó la crisis del gobierno al dimitir y marcharse a la oposición, Beatriz González.

La edil abandonó el salón de plenos recusada por el alcalde en base a un informe de la secretaria municipal que le impide votar el presupuesto por "intereses personales". La cuentas municipales prevén la anulación del puesto de trabajo que ocupa su hermana como jefa de prensa, una cuestión que está en el origen de su salida del Gobierno municipal.

Con un ramo de flores sobre la mesa, entre aplausos y tras un tenso diálogo con el alcalde, la edil abandonó el salón de plenos tras "mudarse" de su habitual asiento junto al PP a otro enfrente, al lado de la oposición. Lo hizo a los cinco minutos de arrancar la sesión y tras solicitar sin éxito al regidor que permitiese entrar a los vecinos que se han quedado fuera y que habilitase la sala de juntas contigua para darles espacio.

Finalmente el pleno aprobó los presupuestos de 8,8 millones presupuestos con los votos del PP en solitario, la abstención del BNG y en contra de EU.