La planta baja del ayuntamiento de Mondariz está en obras para poder acoger en ella servicios municipales que actualmente se prestaban en el centro social. Los servicios sociales, la orientación laboral y la educación familiar se trasladarán a la planta baja del consistorio una vez que esté concluida la reforma valorada en 60.139 euros y que será financiada con fondos del Plan Concellos de la Diputación y de la Xunta de Galicia.

Con la reorganización de servicios diseñada por el gobierno local, los vecinos se evitarán desplazamientos. Además este reagrupamiento de servicios permitirá ganar espacio en el centro social "que podrá ser dedicado a la celebración de cursos, talleres o actividades culturales", explica el alcalde de Mondariz, Xoán Carlos Montes Bugarín, quien defiende que de este modo "el centro social recupera la finalidad para la que inicialmente fue concebido".

De hecho, en más de una ocasión, ante la falta de espacio físico para la realización de actividades, el Concello tuvo que recurrir al sótano del centro social, un espacio inicialmente pensado como almacén y, por lo tanto, poco adecuado para otras actividades.

La reorganización de servicios también permitirá, según cálculos del gobierno local, reducir el consumo eléctrico del centro social. "Actualmente contaba con iluminación a base de halógenos y en los meses de invierno necesitaba radiadores eléctricos para calentar el edificio", recuerda el regidor, quien adelanta que "el traslado de los servicios allí instalados a los bajos de la casa consistorial permitirá estudiar alternativas para el centro social para su optimización energética".

Las obras incluyen una reforma del aseo de mujeres instalado actualmente en la planta baja para adaptarlo a personas con movilidad reducida, un servicio actualmente inexistente en la casa consistorial.

El espacio que se reformará estaba ocupado anteriormente por la Policía Local y por una oficina de Correos. El año pasado, tras el traslado del servicio de Correos a una nueva localización, el gobierno local decidió reorganizar los espacios municipales dedicados a la prestación de servicios y para ello era necesario acondicionarlos adecuadamente.

Con una ayuda de la Xunta, el Concello comenzó por reformar un local de titularidad municipal, situado a escasos metros del ayuntamiento, para albergar las instalaciones de la Policía Local.