Armadores del sector del racú -un tipo de barcos de menos de 12 metros de eslora que trabajan con la flota del cerco- se reunieron en Redondela con la eurodiputada Ana Miranda para exponerle su problemática. En el municipio hay unas 25 embarcaciones con más de 100 tripulantes afectados.

Los pescadores se quejan de que desde 2011 están obligados a trabajar fuera de los anexos II, lejos del abrigo de las rías, desde el 1 de mayo al 30 de septiembre. Esto se debe a que la Consellería do Mar considera al racú un arte de cerco, pese al menor tamaño y capacidad pesquera de estos barcos. Uno de los afectados indicó que se sienten "totalmente abandonados" por la Administración ya que en caso de mal tiempo, el racú no puede salir a faenar por el riesgo que entraña.

También cuestionan que en el reparto de cuotas, estas pequeñas embarcaciones estén en el mismo plan de gestión que el cerco, ya que las de racú no pueden desplazarse a faenar a otras pesquerías cuando se acaba la cuota asignada.

La eurodiputada recogió estas y otras demandas de los pescadores y les informó del tratado de pesca que se prepara en Bruselas y de las alegaciones que formulará el BNG.

A nivel local, los armadores del racú criticaron que el Concello de Redondela no disponga de una concejalía específica de Mar como sí hay en Moaña o Baiona. El BNG se comprometió a impulsarla en el próximo gobierno municipal.