Es cantera de grandes futbolistas y ahora también de entrenadores. De las filas de las Escuelas Deportivas Val Miñor de Nigrán han salido estrellas internacionales como los hermanos Rafa y Thiago Alcántara o Rodrigo, pero el primer técnico que abandona las instalaciones de Ureca en busca del triunfo en la élite del fútbol es Mariano Agüero, argentino de nacionalidad y nigranés de adopción. Se va a la liga tailandesa, fichado por el Army United de Bangkok, el equipo del ejército del país, que compite en la categoría equivalente a la segunda división española.

Ayer mismo tomó el avión que le permitirá revivir la pasión del fútbol profesional desde dentro. Y es que no será su primera vez sobre el césped de un gran estadio. A sus 42 años es técnico titulado con la licencia Uefa A, pero fue un reconocido central en la juventud. Nacido en la ciudad de Rosario, creció como futbolista en el Newell's Old Boys, el equipo que parió a Leo Messi. Allí pasó sus dos primeros años de carrera y recorrió luego media América Latina. Jugó en el Universidad Católica y el Temuco de Chile, el Minero de Guayana de Venezuela, el Unión Central de Bolivia. Después pasó por otros dos continentes. Se marchó a Arabia Saudí para fichar por el Al Shabab y después al Adelaide City FC de Australia, donde compitió hasta que las lesiones de rodilla lo obligaron a retirarse como profesional.

La vida lo trajo poco después, en 2005, a Nigrán. Llegó con su mujer, Virginia, "en busca de un futuro" para sus dos hijos mayores y aquí han tenido la tercera, de solo un año. Desde el primer día compaginó los empleos "que iban saliendo" con el fútbol aficionado en el Nigrán, el Salvaterra y el Sporting Guardés. Al colgar las botas, empezó a dirigir equipos la ED Val Miñor, una entidad que considera su "familia".

Cuando creía que su papel profesional en el mundo del balompié había acabado, sonó el teléfono y Daniel Blanco, el primer entrenador del Army United lo reclamaba como segundo de a bordo. "Somos amigos desde que coincidimos en el Newell's. Voy a probar suerte porque esta es una gran oportunidad de crecer en esta profesión. El equipo siempre ha estado en primera y ha bajado a segunda. El objetivo es ascender", explica.

Le ilusiona volver a la élite en la ciudad más visitada del mundo, en un país en el que "hay pasión por el fútbol". El estadio del Army tiene capacidad para 20.000 personas y "se llena a la mitad", asegura. Para empezar, estudiarán a los jugadores, valorarán los fichajes y lo prepararán todo para la próxima temporada, "que allí comienza en febrero".

Sus referentes son Pep Guardiola y el "Toto" Berizzo. Y su sistema de juego, el "tiquitaca". Pero no se atreve a afirmar que lo aplicará en tierras asiáticas. "Primero tenemos que ver lo que tenemos, cómo son los jugadores, y luego ya veremos", explica. A su paisano Antonio Mohamed lo admira, aunque admite que "no ha tenido tiempo de demostrar su calidad en el Celta".

El idioma no será un problema porque habla inglés y dispondrá de traductor. Lo peor será "separarse de la familia". "No puedo llevármelos porque no sé lo que va a durar la experiencia, además aquí tienen su escuela, su salud...". Su esposa se queda al cargo de los chicos y del negocio que han abierto hace tan solo tres meses, el bar "El Rosarino", en la plaza del Concello. Y le está "muy agradecido por el esfuerzo".