Los usuarios de las pistas de tenis del complejo deportivo y de ocio municipal Dunas de Gaifar, en Panxón, se han vuelto a quedar sin cafetería. El Concello de Nigrán y el empresario vigués Odilo Rodríguez Otero -responsable de conocidos negocios en la ciudad como el Marina Cíes Beach Club de Samil, el restaurante Siete Torres o el pub The Irish Harp- han llegado a un acuerdo para poner fin al contrato cuando todavía faltan dos años para que finalice la concesión. Tras un año de servicio precario, abandono de las instalaciones y numerosas quejas, el Ayuntamiento ha dado un ultimátum al adjudicatario, que finalmente ha renunciado a continuar al frente del bar al que bautizó como Marina Estelas Panxón Beach Club. Lo hizo por escrito la semana pasada y cerró las puertas del establecimiento ayer mismo.

El empresario había recibido varios avisos por parte del gobierno municipal ante los incumplimientos del contrato, firmado en febrero de 2016 por 25.101 euros de canon anual. Según explica el alcalde, Juan González, la adjudicación lo obligaba mantener limpias las instalaciones, tanto los exteriores como los vestuarios, y a adecentar los jardines, así como a encargarse de la reserva y alquiler de las pistas de tenis fuera del horario de atención del Club de Tenis Nigrán.

Lo hizo durante los primeros meses, pero la situación comenzó a complicarse a principios de 2017. Las protestas de usuarios e incluso las denuncias públicas de formaciones políticas como el PP y UCN desde entonces llevaron al equipo de gobierno a advertir a la empresa en varias ocasiones, pero esta ha sido la definitiva. "Agora decidimos que a situación non podía continuar deste xeito porque este complexo deportivo forma parte da imaxe pública de Nigrán e non podiamos consentir este deterioro por máis tempo", señaló ayer el regidor.

Así que finalmente el empresario planteó al Ayuntamiento que no podía seguir al frente del negocio porque considera que no es rentable y ambas partes acordaron la suspensión de la concesión.

El abandono de la gestión del bar implica la pérdida de la fianza depositada de 10.000 euros y, con toda probabilidad, más gastos para la compañía. Y es que los técnicos municipales trabajan ya en el expediente de rescisión del contrato, que implica un informe sobre el estado de las instalaciones para comprobar si existen daños que el concesionario saliente deberá afrontar.

Paralelamente, el Ayuntamiento prepara ya un nuevo pliego de condiciones para sacar a concurso de nuevo el establecimiento. El alcalde espera que esté en funcionamiento ya en la próxima primavera. Es en esa época del año, tras los meses de invierno, cuando el complejo deportivo recupera el ritmo y alcanza su pico de actividad.