Luego de recorrer miles de kilómetros y cruzar el Atlántico, varias muestras de carbono 14 y tierra extraídas del monte porriñés de Faro de Budiño durante una intervención arqueológica realizada en este yacimiento han dado sus frutos y aportado una serie de información cuyo resultados se darán a conocer hoy, a las 17.00 horas, en un acto abierto a todo el público, en el centro cultural A Forna.

"Siempre se habló de que en este enclave natural existió una fortificación pero nunca ha sido demostrado científica ni históricamente", señala el investigador de la Universidad de Santiago, Francisco Alonso, que junto con su compañero Mario Fernández dirigieron el grupo de profesionales que, por primera vez, excavaron en el Faro de Budiño con el objetivo de datar y conocer más sobre este yacimiento. Tras el trabajo de campo realizado, mediante un sondaje de una única perforación de 15 metros cuadrados, con una profundidad de metro y medio, todas las hipótesis se confirman. "Entre los siglos VI y IX existió una edificación en el lugar, estaba totalmente amurallado a modo de un gran sistema defensivo", explica Alonso que destaca el Faro de Budiño como "el referente visual del valle del Louro, por su altura y la singularidad de sus piedras de granito". En este sentido, apunta que los vecinos de la zona comentan que había una piedra (de la que se conserva algún resto) que al golpearla se escuchaba en todo el Val da Louriña, "un sistema, probablemente, de alarma años atrás".